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Los amantes de los héroes tienen su propia historia: “Superhéroe”

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Lucas García es un escritor, ilustrador y diseñador venezolano que actualmente reside en Caracas. Ha ilustrado para Ekaré “Cuentos a patadas”, de José Urriola. Superhéroe es su primer libro como autor e ilustrador. 

-Un libro para niños a partir de siete años, Superhéroe con un ingenioso texto que cuenta la historia de inmigración de Gabriel y su iniciación en un nuevo país, cautiva a los lectores con su ágil estilo narrativo e hilarantes ilustraciones inspiradas en los cómics.

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Lucas García es un escritor, ilustrador y diseñador venezolano que actualmente reside en Caracas. Ha ilustrado para Ekaré “Cuentos a patadas”, de José Urriola. Superhéroe es su primer libro como autor e ilustrador. Según el propio Lucas García: “Aunque no he sido bañado por rayos gamma, ni tengo un gen mutante, he leído muchos cómics y me encanta dibujar, así que eso debería contar como un superpoder, ¿no?”.

-¿Cómo llegaste a convertirte en autor e ilustrador?

-Creo que fue a partir de ser lector y observador voraz, de reconocer en todo eso que leí y miré (las novelas policiales y de ciencia ficción, los cómics, las películas, la pintura) formas de expresión hacia las que me sentí muy atraído desde niño, y que luego descubrí que también podía utilizar y manipular. En cierto sentido, también en esos ámbitos de la escritura y la ilustración hay espacios que me parecen saludables y nutritivos (aunque la expresión suene a cereal de avena) de mantener ciertos aspectos de la niñez en la edad adulta: cierta mirada ingenua pero no tonta y maravillada pero no lela de entender el mundo.

-¿Consideras que hay fronteras entre los géneros literarios como los que pones en juego en Payback (Ediciones Puntocero, 2009) y Superhéroe, por ejemplo?

-Creo que sí, pero solo en el sentido de los públicos: algunas cosas las hago pensando en los adultos y otras en los niños, reconociendo ciertos límites para una audiencia y otra. Ahora bien, formalmente, técnicamente, las herramientas que utilizo las aplico tanto para uno como para el otro. Incluso creo que el público infantil es más abierto, en el sentido de que permite más experimentación y cuestionamiento de pautas narrativas. Creo que de niños estamos más predispuestos a “jugar” y eso en el campo creativo y expresivo es más rico, me permite incluso ser más arriesgado.

-¿Cuáles son tus lecturas preferidas o de referencia cuando eras niño? ¿Esas lecturas siguen en tu mesa de noche?

-Algunas sí, sobre todo en los cómics, que fue lo primero que leí. Ahora los releo con menos frecuencia; pero, por ejemplo, al menos una vez al año, hojeo un álbum de Las aventuras de Tintín (que gráficamente siempre me ha atraído) o un suplemento de Flash Gordon de Alex Raymond. Hay algo en esas imágenes e incluso en las historias, formal y simbólicamente, en las que todavía vuelvo a encontrar cosas.

-En cierta medida, Superhéroe está inspirado en los clásicos cómics de Marvel y Dc. ¿Cómo se da tu relación con este género y cómo se refleja en este libro?

-Yo empecé leyendo cómics desde muy niño, pero las primeras cosas que leí eran clásicos de los años 30 y 40 (Flash Gordon, el Fantasma) y del cómic europeo (desde Tintín hasta Moebius, pasando por cosas como el Víbora, por ejemplo). Ya hacia los 20 años fue que empecé a acercarme a todo el género de los superhéroes y los autores norteamericanos. Como lector fue muy interesante porque tuve acceso a los clásicos de Jack Kirby y Stan Lee, al mismo tiempo que leía cosas de autores tan radicales como Alan Moore o Sienkiewics. Así que en este género en particular encuentro una tensión entre el polo de lo adulto y el de la niñez /adolescencia, cosa que me llama mucho la atención.

-En Superhéroe te desempeñas como autor e ilustrador. ¿Cómo trabajaste el lenguaje visual a la par del texto?

-En cierto sentido eran la misma cosa, como en el cómic: el texto y la imagen se complementan y la amalgama de los dos es la historia. Con este cuento en particular era muy liberador decir unas cosas con un texto literario, un glosario, un cómic, una ilustración, etc. Generar al lector una sensación de diversidad y de niveles de profundidad que quería recuperar de la experiencia de leer novelas gráficas y otros artefactos narrativos que leía de chamo y que me impactaron, en el sentido de que utilizaban elementos de otros géneros y medios para profundizar y expandir la historia y la experiencia narrativa del lector. El ejemplo que me viene a la memoria son los relatos del Último round de Julio Cortázar, que mezclaban narrativa, ensayo, collage, fotos, juegos en la diagramación. Leías un libro que era también fotonovela, revista, álbum fotográfico, diccionario.

-¿Es Superhéroe la historia de Lucas García? ¿La realidad supera a la ficción o viceversa?

-La Realidad es Ficción. En este caso hay un poco de mí, hay mucho de mi hijo Gabriel y de cómo yo veía tanto su experiencia como la mía y la de mi esposa Yamila al vivir en España. Pasan cosas y hay gestos de los personajes que provienen de una experiencia “real” y se convierten en “ficción” solo porque saltan al papel y se transforman en palabras o dibujos. En casa mi hijo lee el libro buscando qué cosas saqué de su vida y chequea si puse situaciones o personas que él conoció o vivió. Siempre me dice: “hay cosas que no son, pero se parecen mucho”.

Fuente: El Universal

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