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Los retos de ser mujer policía

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Periodistas de Avance

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Haysternefory Blanco, la experimentada funcionaria de Polisalias

RONALD PEÑARANDA

“Al principio de mi carrera fue bastante fuerte ya que eran otros tiempos, el hecho de ser mujer y policía, era sinónimo de que eras débil y no podías realizar las mismas tareas que un hombre, entonces era cómo un reto mantenerse en las filas de una institución, los horarios de las guardias, el que te permitieran estudiar, el papel de ser madre, las exigencias físicas, pero cuando vez que puedes superar todos los obstáculos mejor que cualquier hombre, te das cuenta que las limitaciones para las mujeres policía no existen”.

De esta manera tan contundente responde la comisionada agregada

Haysternefory Blanco Martínez, jefa del Centro de Coordinación de Polisalias, cuando se le pregunta sobre el rol que hoy día juegan las mujeres en el mundo policial.

Cuenta que desde su adolescencia se caracterizó por ser una persona muy disciplinada, “y cuando egresé del quinto año vi en el periódico el proceso de captación para ser Policía de Circulación del municipio Guaicaipuro, convide a una amiga que estudió conmigo e ingresamos hacer el curso, en enero de 1995”.

Recuerda que participó en un curso muy exigente, que era dictado por la Academia de Polichacao para esos tiempos la mejor policía del país, “siendo nosotros la segunda promoción de egresados de esa prestigiosa institución”.

“Al cabo de un año de servicio en a Policía de Circulación de Guaicaipuro (honguitos) mi compañera y amiga Heady Guevara, me comentó que estaban solicitando personal para crear la Brigada de Circulación de Los Salias. En ese momento decidimos renunciar y desde el 1º de febrero de 1996 formo parte del equipo de la mejor policía de mi país”, manifiesta con mucho orgullo.

En Polisalias las femeninas han conquistado sus espacios con esfuerzo y sacrificio. “En los últimos años superamos el porcentaje exigido por el ministerio. Hoy en día las funcionarias policiales son parte fuerte de la operatividad policial. Para una muestra un botón, el centro de operaciones es dirigido por una mujer, así como las oficinas de Atención a la Víctima; Atención al Ciudadano; Investigación de las Desviaciones Policiales; Niño, Niña y Adolescentes; de igual manera Igualdad y Equidad de Género, aparte de las demás agentes que integran otras áreas”.

Su profesión es su vida

Todo absolutamente todo dentro su profesión es gratificante para ella, porque “amo ser policía y si existe otra vida después de está querría ser de  nuevo policía. Lo más difícil es cuando mi familia me reclama porque trabajo mucho”.

Su larga trayectoria está repleta de anécdotas y vivencias, pero al preguntarle por tan solo una relata lo siguiente: “En una oportunidad me encontraba patrullando, eran las once de la noche y avisté a una ciudadana de aproximadamente 20 años de edad, con una niña pequeña  sentadas en una parada de autobuses”.

“Procedí a decirle a mi compañero que conducía la unidad que se detuviera y al bajarme le pregunté a la ciudadana si necesitaba algún tipo de  ayuda. Me respondió que no, pero noté que al  hablar decía  muchas incoherencias. La niña manifestaba que tenía hambre y frío”.

Prosigue: “Le dije que si podía llevarlas a su casa  y me indicó que la habían corrido y no tenía dónde vivir. Le pregunté que si la  podía llevar a la casa de algún familiar y me menciona que no tienen a nadie, entonces  le expliqué que no podía dejarla en la calle ya que era  riesgoso, tanto para ella como para la niña”.

“Entonces comenzó a tornarse agresiva en contra de la comisión, procediendo a trasladarlas  al despacho policial. Una vez en la sede la ciudadana manifestó tener problemas de salud mental (depresión, intentos de suicidio) motivo por el cual la trasladamos a un centro asistencial donde según diagnóstico médico tenía que quedar recluida ya que era paciente y cuando no tomaba los medicamentos presentaba “crisis de esquizofrenia”.

Señala que después de culminar su servicio, empezó a indagar y dio con la casa de la mamá y la hermana de la joven “para que por favor se hicieran cargo de la niña, para que el Consejo de Protección no ordenará su permanencia en una casa abrigo. Y la repuesta de la señora fue que su hija se había ido de su casa hacía seis años por rebeldía y que ella no podía hacerse cargo de su nieta. Eso me causó una gran tristeza”.

El procedimiento más difícil que le ha tocado enfrentar es la muerte de un compañero en el ejercicio de sus funciones y sobre cómo asume sus obligaciones como funcionaria y las tareas del hogar y la familia, expresa: “Ambas las conquisto con mucha responsabilidad y la seriedad que me caracteriza por ser el norte de mi vida”.

27 años de trayectoria

En mayo de 1995 Haysternefory (nombre de origen alemán), formó parte de la promoción de Policía de Circulación de Guaicaipuro, en febrero del año 1996 ingresó a Polisalias como supervisora de la Brigada de Circulación.

Fue operadora de la Sala de Transmisiones, supervisora de la Brigada de Patrullaje P.A.P, jefa del Grupo de Patrullaje Vehicular, jefe de los Servicios.

Se desempeñó como jefa de la Unidad Atención a la Víctima,  supervisora del Grupo Nocturno, jefa de la Oficina de Investigación de las Desviaciones Policiales, jefa de la Oficina de Policía Comunal, Supervisora del Centro de Operaciones Policiales; inspectora (e) para el control de la Actuación Policial.

En 2004 obtuvo el título de Técnico Supervisor Universitario (TSU) en Recursos Humanos en el Instituto Universitario Tecnología de Administración (IUTA). En el año 2014 se convirtió en licenciada en Servicio de Policía. Actualmente realiza estudios de cuarto nivel en la Universidad Nacional Experimental para la Seguridad (UNES). Foto: Jesús Tovar

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