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Los riesgos de comprar carros usados con “daños ocultos”

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Traspasar un vehículo en notaría cuesta hasta 400 dólares

Comprar un carro usado que tenga las tres b: bueno, bonito y barato; cada día se hace más cuesta arriba entre habitantes de los Altos Mirandinos que desean hacer esta inversión.

Y es que, aunque existen propietarios que dan un buen uso y cuidado a sus vehículos, hay otros que no tanto y a la hora de vender realizan cualquier “parapeto” para que el automóvil resulte atractivo a la vista, aunque tenga infinidad de problemas mecánicos.

Varios mecánicos que laboran en Los Teques fueron encuestados sobre los principales problemas a la hora de adquirir un auto usado y todos ellos coincidieron en lo siguiente: al comprador que desconozca de carros rústicos se le hará difícil determinar si están “montados”, es decir, que posean un techo de un modelo, la trompa de otro, por ejemplo.

Un comprador puede desconocer la ubicación de los seriales de determinado vehículo, es por ello que los mecánicos entrevistados reiteraron la importancia de hacerles revisión ante Tránsito Terrestre, Policía Nacional Bolivariana (PNB) o Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).

“Los carros japoneses suelen tener calcomanías en las puertas en las que aparece un serial y si no lo tienen, bajan de valor”, explicó el profesional de la mecánica Luis Pérez.

Otro problema que consideran muy común a la hora de adquirir un automotor son los “daños ocultos” con los que vienen. Se trata de aquellos que lucen impecables en carrocería pero cuando les llega el momento de hacer un cambio de cauchos, los expertos le informan a dueños que el carro está doblado porque seguramente sufrió grandes daños en un choque, pero los propietarios anteriores los supieron disimular.

Otra cosa es que hubo una época que a los carros le hacían los directos a los títulos. Y resulta que hay carros que no están legales del todo porque los papeles son chimbos.


Odisea en notarías

Nuevos compradores se saltan pasos para reducir el proceso de adquisición de su carro, uno de los que obvian es registrar sus vehículos en notarías para evitar el pago de al menos 400 dólares, que es lo estimado para traspasar de dueños.

De este trámite es que surgen los conocidos “rapiditos” que consistía en pagar a un gestor entre 50 y 100 dólares para que ingresara al sistema de Tránsito Terrestre y modificara los títulos de propiedad de los automóviles con el nombre del nuevo dueño.

Costo por las nubes

En publicaciones hechas en aplicaciones como Marketplace, llama la atención la cantidad de emoticones de risa o tristeza, en las publicaciones de carros usados como los Chevrolet Corsa que se ofertan hasta por 4 mil dólares. También abunda la venta de camionetas como las Toyota Merú hasta en 18 mil dólares.

La explicación a este fenómeno realizada por interesados en el área automotriz es que los propietarios suelen dar el precio exagerado a sus vehículos porque son los únicos dueños, no tienen mayores daños ni choques, su carrocería está impecable, tienen poco kilometraje, entre otros.

“En Venezuela es casi imposible comprar un carro nuevo es por ello que quien tiene dinero en el bolsillo, verá las condiciones de lo que se vende y si muestra calidad, lo va a comprar”, indicó uno de los entrevistados.

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