Tres mujeres que viven el exterior sueñan con el reencuentro con sus hijos
Una maestra venezolana dedicó esta semana un hilo en su cuenta de X, en el que relató cómo tuvo que cambiar la tradición de la manualidad del Día de la Madre para que niños que asisten a su curso de tercer grado y tienen a sus progenitoras en el exterior, se emocionaran igual que sus compañeritos.
Les devolvió la sonrisa y la ilusión por celebrar este día y a la vez, generó un debate en redes sociales sobre la separación forzada a la que se han visto miles de madres e hijos venezolanos a consecuencia de la migración.
La docente relató que al informar a sus estudiantes sobre los materiales que debían traer para elaborar un detalle, vio como varios niños se encogieron de hombros y cambiaron la expresión de su rostro.
Uno de ellos les aseguró que no quería participar ya que no podría entregar el regalo porque su mamá estaba fuera el país, los demás niños en similar situación aseguraron que lo harían pero para entregarlos a su abuela o tías.
Pero a la maestra se le ocurrió preparar un poema para que cada niño pudiera recitarlo a través de un video que la misma docente enviaría a cada madre este domingo especial. Los más esperados en el salón de clases fueron precisamente los hijos de mujeres migrantes.
La organización Internacional para las Migraciones (OIM), publicó en abril un informe titulado “Estudio de Impacto Fiscal de la Migración Venezolana en Colombia: Realidad versus Potencial”, en el cual señalaron que las mujeres migrantes venezolanas representan una creciente proporción del desplazamiento masivo proveniente de Venezuela, con un 51% del total de esta población en Colombia.
Mientras que la directora regional de Oxfam en América Latina y el Caribe, Gloria García, declaró en una entrevista a Infobae que la migración afecta de manera diferente a las mujeres, ellas son víctimas de “abusos, explotación laboral y sexual, sometimiento a tareas de cuidado, roles de reproducción y todo tipo de violencias”.
Y en medio de la situación actual, las madres venezolanas siguen siendo madres y en el país está el motivo de su lucha: sus hijos, a quienes dejaron a cargo de familiares cercanos y en muchos casos de personas de confianza.
Ve crecer a su muchacho por el celular
Avance recogió las historias de Deyary, Gabriela y Micaela, quienes dejaron atrás el país pero en la distancia trabajan con el propósito de volver a ver a sus hijos.
Gabriela, es madre de un niño de 9 años que cursa 3° grado en un colegio privado de Los Teques. Partió a Chile cuando el infante terminaba el preescolar obligada a buscar mejores ingresos ya que no contaba con ayuda económica del padre.
El niño quedó al cuidado de sus abuelos maternos a quien llama “mamá y papá”. Practica beisbol, es un buen estudiante, obediente en la casa, cuenta con seguro médico y no le falta nada básico.
Pero en su cartas al Niño Jesús, sus confesiones a la maestra y conversaciones con sus abuelos, suele decir que cambiaría todo lo mencionado por volver a estar con su mamá.
“Estuve con mi hijo desde el nacimiento, tuve el privilegio de quedarme en casa con él pero la situación comenzó a apretarse y tuve que tomar una decisión, su papá y yo nos separamos, él se fue a Estados Unidos con la intención de buscarnos pero no volvió a aparecer. Tomé la decisión de irme y ahora veo crecer a mi hijo a través de la pantalla de un teléfono”, contó a este medio de comunicación.
Recuerda que cuando se convirtió en madre nunca se imaginó que estaría sola en el exterior, pero que tiene tres trabajos que le han permitido además de mantener a su hijo y a sus padres, también reunir para comprarse una casa en Venezuela, ya que piensa regresar.
Abuelas y su doble trabajo
Según las cifras del estudio realizado por la ONG Convite “Evaluación sobre las condiciones de vida y salud de las personas mayores en Venezuela 2023”, las mujeres de la tercera edad son las que tienen la mayor responsabilidad en labores de cuidado.
La encuesta, realizada a 1535 adultos mayores de 19 ciudades, arrojó que 36% de las abuelas están a cargo del cuidado de sus nietos bien sea porque los padres emigraron o porque están trabajando durante todo el día.
Dedyary, de 43 años de edad, está radicada en Colombia desde hace cuatro años. La resiliencia ha definido su vida, ya que hace más de 20 años perdió de manera trágica a su esposo y a su hija mayor cuando esta tenía 14 años.
Partió del país buscando un mejor futuro y aunque sus otras dos hijas son mayores de edad, en sus planes está regresar a buscar a la de 21 años, que posee una condición de retardo mental.
Actualmente la joven, quien presenta una edad mental de una niña de 10 años, está bajo el cuidado de su abuela materna de 66 años, quien ha lidiado junto a sus familiares, con la dificultad de atender a una niña especial.
Recordar sus pérdidas la hicieron soltar el llanto como si recién ocurrieron. Detalló que el transitar no ha sido fácil pero la esperanza de mantener la estabilidad obtenida en el vecino país, es lo que la hace seguir.
Su madre Graciela, la ha ayudado con las cargas y junto a su otra nieta, intentan mantener en el camino a su familiar con condición especial. Este Día de las Madres las une la lucha que emprendieron en distancia y lo dedicarán a los momentos difíciles superados.
La conexión no se pierde
Micaela dejó en Venezuela a su hijo de siete años, quien en la actualidad tiene 12 y casi culmina la educación primaria.
“Cada día pienso en volver a abrazar a mi hijo, pienso que ya falta poco, estar fuera del país no es fácil, hasta el aire que respiramos es diferente pero también se tienen ganas y compromiso en salir adelante”, relató a Avance.
De acuerdo con datos de la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), de Venezuela migraron más de 7,7 millones de personas en búsqueda de una mejor vida.