Lleva 27 años siendo cero positivo

Luego de ser diagnosticado VIH positivo comenzaron las inquietudes de Marcel Quintana por ayudar a personas que padecen de esta enfermedad. Hoy preside la Asociación Civil Grupo Asesoría de Educación y Salud ASES de Venezuela, la cual debido a las fallas de dotación de medicinas que hay en el país distribuye medicamentos para los afectados por esta enfermedad. Tiene 47 años de edad, es ingeniero industrial, terapeuta de parejas, defensor de los derechos de la comunidad homosexual y lleva 27 años siendo cero positivo, lo que lo convierte en una de las personas con VIH que más ha vivido en el país.

Un día se desmayó en su sitio de su trabajo y el médico de la empresa le mandó a hacer varios exámenes.Unas semanas después, el doctor lo invitó a pasar a su oficina y sin ningún preámbulo le dijo “estás botado por gay, tienes Sida y probablemente te queden tres meses de vida”. Esta situación lo impulsó a investigar sobre qué era el VIH, cómo podía curarse y ayudar a los demás

¿Por qué fundar una asociación para personas con VIH?

-Varios estudiantes de la Universidad Central de Venezuela estaban infectados, entre ellos mi amigo Lowin González, desde bachillerato. El gobierno no hacía nada y la universidad estaba intentando pagar los medicamentos de estos estudiantes, pero la caja chica no iba a aguantar porque las medicinas para esa época, al igual que hoy, eran muy costosas, entonces decidimos crear el grupo ASES de Venezuela

¿Qué hace actualmente ASES?

-ASES hace de todo, ahora que hay escasez damos medicamentos, tomamos muestras, facilitamos a parejas cero discordantes y con VIH. Tenemos un infantoclub que tiene 1200 chamos, recolectamos juguetes en navidad y compramos listas de útiles escolares. También impartimos cursos de computación a las comunidades. ASES no se aflige por nada.

Parte de la rutina

Quintana no le guarda rencor a la persona que pudo haberlo contagiado, asegura que la culpa es de cada persona. “Tu cuerpo es tu templo y como tal lo cuidas tú”. Nunca pudo comprobar quién fue el transmisor. Presume que dos personas pudieron ser el origen de su mal. Uno de ellos murió antes de que pudieran hablar y la otra nunca accedió a conversar con él. Al poco tiempo de saber que estaba enfermo, se lanzó del piso 13 de edificio Mohedano de Parque Central.

¿Cómo se entera su familia de que padece la enfermedad?

-Tardé 10 años en decirles, pues no quería preocuparlos. Me desmayé en la calle y una persona que estaba pasando se detuvo, agarró mi teléfono y marcó al último número al que había llamado. Mi mamá fue a buscarme para llevarme a la clínica Metropolitana, cuando llegó le dije que me llevara al hospital Algodonal y que preguntara por la Doctora Yajaira Roldán. Me desmayé de nuevo y estuve en coma por 15 días, casi me desconectan de las máquinas porque no daba señales de vida, segundos antes me desperté. Apenas recobré la conciencia reuní a mi familia para contarles la verdad.

¿Cómo establece una relación sentimental con alguien que no es VIH positivo?

-La historia de cómo conocí a mi pareja actual es bien genial. El mismo día que hablamos le dije que era VIH positivo y él me dijo que no le importaba porque quería estar conmigo y no con mi enfermedad. Estaba en un vagón del metro oyendo música con los audífonos. Eliézer se me quedó viendo y se echó a reír, cuando llegamos a zona rental me tocó el hombro y me dijo: Disculpa, ¿Cuál es el metro que debo tomar para ir a Caricuao? Era una pregunta ilógica porque veníamos de allá. Me pidió mi pin y aquí estamos.

¿Tendría hijos?

-Soy estéril, pero tengo un sobrino que es como mi hijo, tiene 19 años. Mi amiga que es lesbiana quiere tener un hijo conmigo y llevo más de un año y medio tomando pastillas como un loco (risas), para ver si produzco espermatozoides. Ella comenta unas cosas locas, dice que pude ser su hombre soñado si ella hubiera sido heterosexual.

¿ De todas las parejas que ha tenido, dígame una que lo haya marcado?

Un gran amor, mi primer amor, lo amé muchísimo (se queda callado por unos segundos).Era militar, en esa época cuando tenían cierta edad y pasaban por la academia los obligaban a casarse. Lo que sé para defenderme en la vida lo aprendí de él, manejar armas blancas y de fuego. Con él entendí que un hombre se puede enamorar de otro hombre. A pesar de ser rudo y militar, jamás me alzó la voz, ni me pegó .

No creen en discriminaciones

Quintana está seguro de que tiene un don especial para que las personas se acerquen a él. No cree en rechazos o discriminaciones, considera que se puede conversar con ellas y hacerlas cambiar de opinión. Cada vez que se siente desanimado recuerda su estancia en el hospital Algodonal y esa voz interna que le dijo “Levántate”, segundos antes de ser desconectado./cg