Leonel Piñango volaba papagayo cuando fue atacado por el efectivo, que buscaba a cuatro prófugas del INOF
A las 2:20 de la madrugada de este sábado, falleció Leonel Piñango Ordóñez (12), quien fue tiroteado el jueves por un efectivo de la Guardia Nacional, que al parecer se encontraba tras la pista de cuatro reclusas que se evadieron del Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF).
Tal como reseñamos en nuestra edición de ayer, el estudiante de sexto grado fue alcanzado por dos proyectiles que le afectaron los riñones, el hígado y parte del colon. Las pruebas de balística determinaron que el funcionario presuntamente disparó con un fusil Kalashnikov AK-103, cuyo impacto destrozó por completo uno de los riñones del pequeño, el cual le fue extraído durante su intervención quirúrgica en el hospital Victorino Santaella.
Al parecer, la fuga de las cuatro reclusas se registró hace una semana, pero no fue hasta este jueves que una comisión del cuerpo castrense se desplegó en Ramo Verde, pues al parecer una prófuga conocida como “La Macarena” estaba en la zona buscando a su hija para huir hacia el interior del país.
Otras versiones indican que el infante volaba papagayo en el perímetro de seguridad del penal, por lo que el guardia le instó a retirarse, pero ante la negativa de Leonel el efectivo le disparó a mansalva. Familiares aseguran que los niños de la comunidad frecuentan el área donde ocurrió el crimen porque juegan en un pozo cercano.
MP dictó privativa de libertad para funcionario
El pistolero, identificado como sargento segundo Joan Manuel Villamizar Carrillo (27), fue encerrado en los calabozos de la Esguarnac y ayer fue presentado ante el Ministerio Público, durante una audiencia en la que participaron una veintena de vecinos de Ramo Verde que claman por justicia. Aseguran que las cárceles no deberían estar ubicadas dentro de las ciudades, pues la comunidad es vulnerable al ataque indiscriminado de los custodios.
El Ministerio Público logró privativa de libertad para Villamizar Carrill, durante la audiencia de presentación presidida por la fiscal 12°, Mónica Brito, quien imputó al efectivo militar por la presunta comisión de los delitos de homicidio intencional y uso indebido de arma orgánica. Por ello el Tribunal 4° de Control de Miranda, con base en los elementos de convicción expuestos por la fiscal, dictó la medida privativa de libertad y fijó como sitio de reclusión el Centro Nacional de Procesados Militares de Ramo Verde.
Reclusas incomunicadas
Extraoficialmente se conoció que las privadas de libertad continúan incomunicadas. Como se recordará, un grupo de reclusas aseguró que las mantienen encerradas con candados en los pasillos y supuestamente las han desnudado en el patio durante la requisa exhaustiva de sus pertenencias.
“Esa humanización que pregona Iris Varela es pura mentira, nos dan comida podrida y tenemos que comerla porque no dejan que nuestros familiares ingresen alimentos. Tampoco tenemos colchonetas y dormimos en el piso”, destacaron las mujeres, quienes añadieron que diariamente las despiertan a las 5:00 para recibir presunto entrenamiento militar.
El equipo reporteril de Avance intentó contactar a la directora Yetxi García para conocer su versión sobre las acusaciones de que las prófugas serían un grupo de privilegiadas en el INOF, pero resultó imposible conversar con ella porque supuestamente no se encontraba en su oficina.
Fusil Kalashnikov AK-103
En mayo del 2005, el entonces Ministerio de Defensa de Venezuela firmó un contrato con la compañía rusa Rosoboronexport para comprar 100.000 fusiles AK-103, así como las maquinarias y la tecnología necesarias para producir localmente la munición. Venezuela recibió su primer embarque de 30.000 fusiles el 3 de junio del 2006. Un segundo embarque de 32.000 fusiles AK-103 llegó el 30 de agosto; mientras que el tercer y último embarque arribó el 29 de noviembre del 2006.
Estos fusiles irían a reemplazar los aproximadamente 60.000 fusiles belgas FN FAL comprados en 1953, al igual que a los FAL de producción local. Una fábrica dedicada a la producción de los fusiles rusos, situada en Maracay, produce al menos 50.000 unidades por año./Andreína Ibarra.