Tres hallazgos de cuerpos desmembrados encienden las alarmas en la sociedad
Luego de las 6:00 am del domingo 10 de agosto, varios indigentes encontraron en un contenedor, entre las esquinas de Maderero y Puente Nuevo, en El Silencio de Caracas, el torso de una mujer morena y delgada, tatuado con una flor. Según los primeros registros, a la víctima le cortaron los brazos, las piernas y la cabeza. El tronco presentó heridas hechas con un arma blanca y estaba tapado con unas bolsas negras. Las extremidades fueron localizadas a las 7:00 pm del mismo día por unos guardabosques del parque El Ávila, en el distribuidor Baralt, adyacente a la Cota Mil. La cabeza aún no aparece.
El cuerpo pertenecía a Yesenia Patricia Mujica González (20), quien cursaba Publicidad y Mercadeo en el Instituto Superior Universitario de Mercadotecnia, en la avenida Casanova. El viernes 8 de agosto, Yesenia salió de sus labores en el Departamento de Cobranzas del Banco Bicentenario, llamó a su madre y le dijo que iba a buscar las notas del semestre, y luego iría a una discoteca en la avenida principal de Los Cortijos para celebrar.
“Un fenómeno nuevo que copia patrones extranjeros”
De acuerdo con la psiquiatra Sara Armas, existen dos elementos que son detonantes de este tipo de conductas. “En primer lugar, la globalización de la información; y en segundo término el consumo de drogas”. Explica que a través de los medios de comunicación, los receptores de la información comienzan a copiar patrones de conducta extranjeros, sobre todo los que están relacionados directamente con programas de criminología e investigación. Lamenta que dicha programación no goce de un horario restringido dentro de los servicios de televisión por suscripción.
“Una persona bajo los efectos de estupefacientes sale de sí misma y es capaz de hacer hasta lo impensable. Los adolescentes, jóvenes y adultos contemporáneos vienen a ser los más propensos, precisamente porque carecen de maduración emocional. En estos casos, los límites entre la realidad y la fantasía no se distinguen”.
Sobre las relaciones de pareja, la egresada de la Universidad Central de Venezuela y del Hospital Psiquiátrico de Caracas, reflexiona que “muchas veces los jóvenes establecen vínculos inadecuados que se prolongan en el tiempo, y en los que reflejan todo lo malo que han vivido en sus círculos familiares. Esto lo proyectan en los desmembramientos”.
Agrega que quienes vienen de familias disfuncionales, en las que no imperan los valores ni temores por las cosas malas, están más propensos a actuar de forma desequilibrada. “La falta de contención deja todo tipo de emociones a rienda suelta, y allí está el problema”. “Los hombres son tradicionalmente más impulsivos, callados, actúan sin pensar y constantemente están maquinando ideas que no siempre son buenas. Este tipo de individuos deben buscar liberar estos pensamientos”.
Recomienda como primer paso la autorreflexión y el reconocimiento, que no siempre es fácil ni sencillo de asumir. “También debe haber mayor control sobre los contenidos que se consumen, porque estamos frente a un fenómeno nuevo en nuestra sociedad; tres cuerpos desmembrados en menos de un mes es algo que nos habla de una sociedad en desequilibrio”./ac/ Amy Torres.