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Niños autistas: Más sensibles que el resto del mundo

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Karines Sabino

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Las personas con autismo poseen una limitada conexión emocional con los demás, y parece que estén inmersos en su propio mundo. Son más propensos a mostrar comportamientos repetitivos, por ejemplo, pueden organizar y reorganizar el mismo grupo de objetos, hacia adelante y atrás durante períodos prolongados de tiempo. Y son individuos altamente sensibles ante estímulos externos como sonidos.

El autismo es un trastorno infantil que tiene una mayor incidencia en niños que en niñas. Las habilidades de un niño autista pueden ser altas o bajas dependiendo tanto de su nivel de cociente intelectual y de su capacidad de comunicación verbal.

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que ya se manifiesta durante los tres primeros años de vida y que perdurará a lo largo de todo el ciclo vital. Según especialistas existen varios tipos de autismo ellos son:

Autismo o Síndrome de Kanner: Es el trastorno que la mayoría de individuos asocia con el trastorno del espectro autista, y recibe en nombre de Síndrome de Kanner en relación con el Dr. Kranner, un médico que estudió y describió esta condición en los años 30.

El Síndrome de Asperger: Es un trastorno del espectro autista más complicado de diagnosticar. El déficit se encuentra, por tanto, en el campo de las habilidades sociales  y el comportamiento, siendo lo suficientemente importante como para comprometer seriamente su desarrollo e integración social y laboral.

Trastorno desintegrador infantil o Síndrome de Heller: Las personas con Síndrome de Heller pueden tener un desarrollo normal hasta los 2 años, y pasado este tiempo sufrir la sintomatología característica de este trastorno.

Trastorno generalizado del desarrollo no especificado: El paciente con este trastorno se caracteriza por tener un déficit de reciprocidad social, problemas severos de comunicación y la existencia de intereses y actividades peculiares, restringidas y estereotipadas.

La evolución de la enfermedad depende de cada persona; algunas necesitarán asistencia cuando sean adultas, mientras que otras conseguirán vivir de manera independiente./AR

 

 

 

 

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