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Oficialistas defienden a sus líderes mientras opositores atacan a Guaidó

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Periodistas de Avance

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Rómulo Herrera

Los numerosos comentarios sobre posibles discrepancias en la cúpula del gobierno, han existido desde el comienzo de la Revolución del Socialismo del Siglo XXI, y en realidad es normal que se produzcan, cuando se administra el poder sea pequeño, mediano o grande como es el caso.

Por eso no es de extrañar que Stalin González, segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional y líder del grupo de oposición que asiste a las mesas de trabajo propuestas por Noruega, haya afirmado que “hay divergencias en el gobierno, por eso tienen diferentes opiniones sobre las negociaciones”, refiriéndose a las mesas de trabajo permanentes que se anunciaron luego de finalizadas las conversaciones gobierno- oposición, en Barbados, bajo los auspicios del gobierno de Noruega.

En los gobiernos se mezclan tantos intereses que es casi imposible que no se produzcan encontronazos, permanentemente.

Sobre esto hay comentarios, “informaciones de buena fuente”, análisis, etc, aunque nunca los ves por las redes, a ningún nivel; al contrario se observan los reiterados refuerzos verbales, reconocimientos, que los líderes maduristas se hacen entre sí y el más humilde madurista se traga su hambre y su sufrimiento, junto con su familia, pero no habla mal del gobierno. Para él “la escasez es culpa de los acaparadores”, no de la falta de apoyo del gobierno, ni porque la inseguridad ha espantado del campo a los productores y, a los pocos que quedan, Agropatria no les vende las semillas, fertilizantes, venenos, porque no tiene.

Un oficialista admite que el país está atravesando una crisis sin precedentes en la historia de Venezuela, impensable en cualquier país exportador de petróleo, pero para él esta crisis no es consecuencia de las pésimas políticas del gobierno. No. “Es culpa del imperio”, aunque Estados Unidos hasta enero de este 2019, cuando arreciaron las medidas de presión contra el gobierno de Maduro, era nuestro principal comprador de petróleo.

Los seguidores del gobierno no emiten comentarios ni en contra de su líder, ni de ninguno de sus dirigentes, por más que la crisis económica avanza y no se toman medidas para detenerla; peor se acentúa la verborrea política, pero no se enfrenta el problema económico, o se le atribuyen las culpas a un enemigo externo.

Esto contrasta abiertamente con lo que se observa en las redes de gente que se dice opositora y de cuyos comentarios bien redactados se puede deducir que tienen buen nivel de estudios, quienes han sido implacables con el líder opositor Juan Guaidó, desconociendo sus esfuerzos por encontrar la vía que permita una solución a la crisis. Estos opositores, muchos desde el exterior, pasan por alto las enormes dificultades y peligros que genera la valiente responsabilidad que ha asumido Guaidó.

¿Por qué los opositores atacan a sus líderes y los oficialistas no?

Quizás porque los oficialistas son más solidarios con su gente y más conscientes de que lo que está en juego es el poder y no vale la pena atacar a los aliados, porque se beneficia al adversario.

¿Por qué los opositores no entienden que atacar a Guaidó o atacar a otro cualquiera de los opositores beneficia a Maduro?

¿Son más inteligentes los oficialistas?

“¡No! Es que ellos no son democráticos”, dirán algunos, cuando se trata de elemental estrategia.

Opositor: Tienes derecho a guardar silencio cuando se corre el riesgo de incriminarte, o por lo menos piensa un poco antes de escribir en contra de los que luchan, para lo cual no hay que dejarse llevar por la desesperación, algo tan sencillo como eso.

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