En la exposición “América 1600”, que inaugura el domingo en la Galería Dimaca, el artista venezolano reinterpreta los mitos y personajes que Europa imaginó de un continente desconocido.

En los trabajos del artista visual Oscar Molinari (Roma, 1941) la realidad y la ficción fluyen por un mismo cause. Sus obras recientes, que serán exhibidas a partir del domingo en la Galería Dimaca de Los Palos Grandes, reinterpretan, enaltecen e ironizan el contenido mágico religioso de las representaciones con las que la Europa de finales del siglo XVII recreó al territorio americano y a sus habitantes nativos.

En particular, este artista que fue pionero en la introducción de los nuevos medios en las artes visuales en Venezuela, centra sus creaciones recientes en la iconografía generada por las obras del orfebre y grabador holandés Theodor de Bry (1528-1598), quien realizó una serie de trabajos gráficos referidos a personajes y mitos de América, muchas veces signados por las más imaginativas figuras.

Así, en la exposición América 1600 son exhibidos por igual un retrato de la Reina Isabel, ataviada con un enorme vestido de lazos, y una serie de fuertes amazonas que consignan la voluptuosidad a sus siluetas cubiertas por flores y tramas.

En las 22 obras que integran la exposición, Molinari utiliza las páginas de clasificados de The New York Times, láminas de acetato, pintura, impresiones, creyones y hojillas de oro para construir con su técnica mixta estas miradas contemporáneas de realidades y mitos que han sobrevivido hasta hoy.

Molinari inició la elaboración de estas obras hace 15 años en Nueva York. Fue con el tiempo, y tras numerosas interrupciones, cuando el artista se dedicó de lleno a la serie. “En el fondo, una exposición es algo un poco triste. Es el final de algo y el nacimiento de un código único y secreto”, declara.

-¿Por qué evocar el arribo de los europeos desde la mirada mágico-religiosa?
-Lo mágico es algo que está cerca de mí. Me siento cerca de los dioses, del mar, de la selva… Además, es divertida la visión que Europa tuvo de América, una visión basada en la fantasía. En general, todos en Venezuela tenemos una profunda base en lo mágico religioso. ¡Todas las mujeres del país han hecho alguna vez una brujería!

-¿Y un artista plástico, cuánto tiene de hechicero?
-¡Todo! Cuando terminas una obra y funciona, y está viva, creaste un milagro. Para mí cada obra es un milagro: yo empiezo con algo sencillo y le voy sumando cosas hasta que el resultado me sorprende.

-Sus obras tienen múltiples referencias a lo femenino…
-Mi mirada, en general, suele deterse en lo femenino. Esta vez hay mucho erotismo, pero también mucha de esa carga inverosímil de entonces.

-¿Mirar al pasado desde el crisol del presente es similar a mirar un hecho desde un continente opuesto?
-Sí, toda mirada hacia atrás es contaminada. El esplendor que imaginamos en los palacios en verdad era una gran hediondez, por ejemplo. Algo similar ocurre con aquellos mitos.

-Exhibe usted esta muestra justo después del 12 de octubre…
-Sí, porque, para mí, la América que conocemos empezó ese día. Somos resultado de una mezcla maravillosa y eso algo que no podemos negar.

La exposición de Molinari contó con la curaduría de María Luz Cárdenas, y se mantendrá abierta al público hasta el 6 de noviembre.

Fuente: El Universal