A mediados del año en curso, la alcaldesa de Guaicaipuro, Wisely Álvarez, acordó, conjuntamente con los panaderos locales, la regulación del pan salado, tanto canillas como campesinos, en un precio determinado que más tarde seria ajustado en par de ocasiones, la medida obedeció a un convenio entre el ente municipal y el sector privado.

Pese a esto, el pan regulado desapareció de las panaderías tras la reconversión monetaria y el incremento del salario mínimo. En los establecimientos venden el rubro, la canilla por ejemplo, entre Bs. S 50 y 60 mientras que el campesino sale en Bs. S 80.

Aquellos que están rellenos de guayaba, mermeladas o arequipe se montaron en 120 y 150 soberanos, si bien no tienen un monto fijado por la autoridades, también sufrieron alzas considerables.

Los panes dulces, conocidos como “tunjitas”, se ubican desde Bs. S 10 hasta 20. Clientes expresan que no hay un control de nada, porque ahora como el alimento no tiene un precio regularizado, lo venden es todos los comercios, pero si mediante acuerdos logran establecer un valor basado en el poder adquisitivo de los ciudadanos, el mismo tiende a desaparecer. /MC/ar