El presidente panameño, José Raúl Mulino, ofreció el domingo al jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, ampliar un acuerdo migratorio para que Estados Unidos utilice Panamá para deportar migrantes irregulares de otros países.
«Le he ofrecido el área de la pista [aérea] de Nicanor en Metetí, (provincia de) Darién, para que sea desde ahí donde se surta el trámite de repatriación de personas de distintas partes como Venezuela, Colombia, Ecuador, entre otras nacionalidades», dijo Mulino en una conferencia de prensa tras reunirse con Rubio.
Estados Unidos y Panamá firmaron el 1 de julio de 2024, en el primer día de gobierno de Mulino, un acuerdo mediante el cual Washington se comprometió a financiar con hasta 6 millones de dólares los vuelos utilizados por las autoridades panameñas para deportar a los migrantes que cruzaban su frontera sin documentos.
El objetivo era poner freno a la migración por la inhóspita selva del Darién, en la frontera con Colombia. Esa jungla se ha convertido en un corredor para los migrantes que desde Suramérica tratan de llegar a Estados Unidos.