El terminal ubicado en la avenida Francisco de Miranda a la altura de lo que se conoce como “La Calle del Hambre” donde hacen vida las líneas Caracas-Los Teques y Los Teques San Antonio serían sometidos a un proceso de transformación.

La petición la hizo la Alcaldía de Guaicaipuro a las dos empresas de trasporte que asumirían los gastos del proyecto. El 15 de marzo comenzaron en el lugar un movimiento de tierra y el desmalezamiento. Las labores se extendieron por más de una semana.

En diálogo con Avance, Jhonny Quijano, presidente de Unión de Conductores Caracas-Los Teques, informó que el gobierno municipal les pide una remodelación total del terminal, “que sea similar al de El Hatillo, colocar paredes, reacondicionar las áreas, en fin, hacer una cosa bien hecha”.

“Nosotros lo estamos pensando, porque para una obra de esa naturaleza se requiere un dineral y en estos momentos no tenemos la disponibilidad presupuestaria. Podemos hacer algunos trabajos, pero no todos”.

 Desde mediados de la década del dos mil ambas líneas vienen ocupando ese espacio luego de ser desalojados de la parada que por muchísimos años funcionó en la calle Carabobo cerca del centro comercial Hito.

En 2005 adquirieron el terreno, negociaron con el ciudadano Edin Niño, quien decía ser el dueño. Con el tiempo se descubrió que era un simple pisatario o poseía una especie de comodato. Los verdaderos propietarios presuntamente ya fallecieron. Esto se encuentra en investigación.

La Sindicatura Municipal busca determinar el status legal del lote. Recientemente funcionarios de esa dependencia realizaron una inspección y detectaron que en un lado del terreno opera un taller mecánico y autolavado, que aparentemente son ajenos a las dos organizaciones de autobuses.

“La gente de la Alcaldía alega que ahí no se puede ejercer ese tipo de actividad. Ha surgido un problema con una señora que supuestamente vivía allí. Yo desconocía tal situación. Ahora ella dice que cómo hace en este caso, cuando nosotros no tenemos nada que ver con eso”, declaró Quijano.

El reclamo de una ocupante

La Sindicatura ordenó el cese de funciones tanto del taller como el autolavado. La línea Los Teques-San Antonio puso un candado a un pozo para que dejen de utilizarlo las personas que tienen tales negocios.

 Este medio de comunicación conoció que en el sitio está una mujer de nombre Margolay de Patillo, quien vive exactamente en la cava de un camión. Ella argumenta que la contrataron para cuidar el espacio al inicio de la pandemia. La están desalojando, pero afirma que no tiene donde vivir y aunque sus hijos poseen viviendas no quiere estar arrimada.

“Aquí hay un pozo que soldaron, colocaron un candado y me dejaron a mi sin agua y a los del taller que están al lado del terminal”.

La ciudadana manifestó que la medida la tomó el presidente de la UC Caracas-Los Teques, sin embargo, Jhonny Quijano desmintió esta versión. Además, precisó que los terrenos pertenecen a un señor que cobraba la tasa de salida de los buses y que todo el tiempo que ha permanecido allí ha pagado por la ocupación. Dice tener las planillas del banco.