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¡Ponlos en práctica! Consejos para manejar la ira

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La ira es una emoción primaria. Se expresa por medio del resentimiento, furia e irritabilidad. A su vez, es vista como una forma de reacción y respuesta de evolución para permitir enfrentarse con amenazas. Nacemos con ella, junto con capacidad de amor y miedo.

Fomenta el diálogo

Frente a situaciones incómodas, emociones encontradas y dificultad para vincularse, las personas tienden a callar lo que sienten y esperan que las cosas se solucionen. Para que algo suceda, debes trabajar para lograrlo. Cuando algo te irrite, te haga sentir incomodidad o disgusto, puedes hablarlo, antes de que la ira te invada y no puedas evitar pelear.

Meditación

Al meditar la mente alcanza profundos estados de calma y tranquilidad, que pueden ayudar al cuerpo a relajarse y tramitar la ira. La meditación es la condición natural de la conciencia humana, que es capaz de comprender por sí sola el significado de su existencia. Esta percepción es interrumpida por estímulos del mundo externo que captan la atención. La práctica de una rutina de meditación permite que la mente recupere su estado básico primordial.

Alimentación y sueño

El cuerpo necesita una dieta balanceada y descansar. Tanto la falta de nutrientes esenciales como un mal descanso pueden llevar a estados de ira. Un plan de alimentación balanceado debe incluir, a diario: seis porciones de hidratos de carbono complejos, cinco de frutas y verduras, dos de productos lácteos, dos de proteínas y entre quince y veinticinco gramos de grasas o aceites.

Tiempo de espera

Muchas veces habrás escuchado: “cuenta hasta diez antes de responder”. Aunque parece trillado, funciona. Evita que se apoderen de ti los impulsos, bajan los niveles de ansiedad y tu mente puede encontrar un espacio para reflexionar. Según la Psicología del Self, cuyo máximo exponente fue Heinz Kohut, un Self sano es cohesivo, vigoroso y armónico, capaz de integrar las emociones y ejecutar el pensamiento sobre ellas. Frente a una situación de disgusto, debes poder tomar una distancia emocional óptima que te permita guiar tus emociones a la luz del pensamiento.

Ejercicio

Está comprobado que hacer actividad física ayuda a liberar las emociones. Cuando haces ejercicio, el cerebro segrega neurotransmisores y hormonas involucradas en la sensación de felicidad y alegría. Los expertos sostienen que no es necesario hacer una rutina de gimnasio que implique inversiones de tiempo y dinero. Puedes por ejemplo, si utilizas transportes públicos, optar por caminar un poco antes de emplearlos. Si necesitas utilizar un automóvil, en cambio, puedes optar por aparcar unos metros más lejos del destino y llegar allí a pie. En lugar de utilizar un elevador, elige las escaleras.

Perdonar

Al discutir, la ira y el enojo florecen. Las relaciones maduras implican aceptar las equivocaciones. Cuando se llega a un acuerdo, o se cometen actitudes desafortunadas, es fundamental disculparse o aceptar ese reconocimiento por parte del otro. El rencor es inconducente, la ira acumulada no favorece, sólo destruye.

Haz lo que te guste

A veces no es posible hacer todo los que nos gusta. Tal vez necesitas trabajar, y no puedes desempeñarte momentáneamente en aquello que te gustaría. Pero, a lo largo del día, puedes encontrar pequeñas actividades que impulsen momentos de felicidad. Recuerda que la creatividad es una característica básica de la salud mental.

Grupos de ayuda

Cuando el manejo de la ira se torna un problema, se puede buscar ayuda de especialistas. Compartir problemas con otras personas que padecen situaciones similares ayuda a la identificación, fomenta proyecciones y facilita la posibilidad de abordar la problemática a partir de una situación colectiva.

Fuente: ehowenespanol

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