Sigue siendo la figura más visible del FSLN y “líder indiscutible” del sandinismoEx guerrillero izquierdista, actual presidente y virtual ganador de las elecciones del domingo, Daniel Ortega se ha mantenido presente en el escenario político de Nicaragua en las últimas cuatro décadas, ya sea desde el ejercicio real o en la oposición, acumulando un poder que envidian muchos de sus detractores.
Ortega comenzó su liderazgo con la derrota de la dictadura de Anastasio Somoza (1945-1979) y lo ha mantenido, con altos y bajos, a lo largo de 37 años con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en detrimento de una dirección colegiada del partido, señaló DPA.
Hoy día sigue siendo la figura más visible del FSLN y “líder indiscutible” del sandinismo, según dicen dirigentes sindicales y sus aliados en la empresa privada. Esta es su séptima candidatura presidencial desde 1984, cuando ganó la primera elección general dirigida por el sandinismo desde el poder.
Sus críticos creen que consiguió apartar a sus antiguos compañeros de la dirección del FSLN porque “no tolera que alguien le haga sombra”, según declaró al diario La Prensa el ex comandante guerrillero y ex ministro de Planificación en los años 80, Henry Ruiz, tras conocerse la postulación de Ortega en junio pasado.
El mandatario, que el próximo 11 de noviembre cumple 71 años, fue uno de los nueve comandantes de la revolución que triunfó en 1979 y asumió la presidencia de 1985 a 1990 en una década marcada por la guerra entre sandinistas y “contras” apoyados por Estados Unidos.
Sorpresivamente, fue derrotado por una alianza de partidos de derecha encabezada por Violeta Chamorro, en febrero de 1990.
Ya en la oposición, el dirigente anunció que “gobernaría desde abajo” y lo logró con la presión en las calles de los poderosos sindicatos sandinistas.
Desde su retorno al Gobierno en 2007, Ortega colocó en la vocería del Gobierno a su esposa Rosario Murillo y este año la designó candidata a la vicepresidencia.
Según la opinión de analistas, fue elegida como compañera de fórmula presidencial para “asegurar la sucesión” en caso de que Ortega, aquejado desde hace años por una enfermedad nunca revelada, no complete sus cinco años de Gobierno.
De ganar las elecciones sería la primera vez en Nicaragua que un matrimonio ocupe los dos máximos cargos de poder.
Ortega llega estos días al final de una casi invisible campaña electoral, sin haber participado en un solo acto proselitista ni invertido millones en propaganda, como en otras ocasiones, tras la exclusión de la principal fuerza opositora de la justa política.
Nicaragua celebra elecciones pese a reclamos de opositores excluidos
La Coalición Nacional por la Democracia (CND, derecha) fue retirada de la contienda electoral en junio pasado y sus 28 diputados destituidos por orden del Consejo Supremo Electoral (CSE), al que la oposición acusa de haber dirigido “un circo” electorero que no augura demasiadas sorpresas.
Ortega figura en las últimas encuestas como seguro ganador con casi un 70% de los votos, frente a sus rivales de cinco partidos desconocidos que apenas obtendrían juntos menos del 10%.