Mas de 180 internos de la subdelegación de Los Teques del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, hombres, mujeres y menores de edad, iniciaron una huelga de hambre desde altas horas de la noche de este domingo para exigir ser trasladados a penales, ya que al parecer hay hacinamiento dentro del recinto.

Sin embargo, familiares de los detenidos aseguraron en las afueras del Cicpc, ubicado en la urbanización Cecilio Acosta de El Paso, que este no es el único motivo de la huelga, ya que presuntamente, los privados de libertad también han sufrido agresiones por parte de algunos funcionarios, además de que no tienen donde dormir, por lo que se turnan para descansar, o han tenido que improvisar hamacas con sus sabanas.

Daibiris Vázquez, hermana de uno de los privados, quien se encuentra detenido por el delito de homicidio puntualizó que, “mi hermano ya tiene caso 45 días, el no pide traslado porque no ha cumplido con el tiempo establecido para las averiguaciones, ellos también exigen que les permitan el acceso de colchonetas, que no los golpeen, y que los lleven a los tribunales en el momento apropiado”.

Por otra parte, Carlos Blanco, defensor del pueblo delegado de Miranda luego de una visita realizada en el recinto manifestó que el espacio es muy pequeño y que el aumento de los privados de libertad ha sido considerable, sin embargo, en cuanto a su estado de salud, reveló que ninguno de ellos presenta algún tipo de lesiones, “ninguno ha sido víctima de maltratos, pero si tienen la decisión de permanecer en huelga hasta que se ejecute una buena respuesta en cuanto a su requerimiento”.

Asimismo agregó que el retardo procesal es un problema que se ha venido observando en todos los centros de detención preventiva, “es importante manifestar la buena voluntad del Cicpc, y de su director Luis Medina en cuanto a los enlaces que se han venido realizando con las diferente instancias para que se llegue a una solución oportuna.

Sin embargo en horas de la tarde de este lunes, se les permitió el acceso de agua y caramelos, aunque hay algunos privados que mantienen su posición de no aceptar ni siquiera bebida.