El primer día de cónclave para elegir al sucesor de Francisco termina con fumata negra, es decir, sin consenso en el nombre del nuevo pontífice. El humo ha salido de la chimenea al filo de las nueve de la noche, más de tres horas después del inicio de la votación.
A las 17.46, se cerraron las puertas de la Capilla Sixtina después de que el maestro de las ceremonias de la Santa Sede, Diego Ravelli, pidiera a todos los no electores que salieran con las palabras “extra omnes (todos fuera)”.
Los 133 cardenales con derecho a voto se recluyeron sin ninguna comunicación con el exterior para votar. Más de 45.000 personas esperaban el resultado fuera, en los alrededores de San Pedro. Mañana jueves se retoma el cónclave.

A partir del segundo día, habrá cuatro escrutinios diarios, dos por la mañana y dos por la tarde. Si después de tres días los cardenales no se han puesto de acuerdo y nadie obtiene los 89 votos necesarios (dos tercios del total), dispondrán de un día de pausa para reflexionar. Con información de El País