El defensor del título avanzó a cuartos de final pese a caer 4-3 ante el Schalke como local

El Real Madrid sufrió más de lo que esperaba para avanzar a los cuartos de final de la Champions League, tras perder en casa 4-3 el partido de vuelta ante el Schalke.  Los merengues vivieron de la renta del primer juego en Alemania, donde ganó 2-0, para así dejarla serie con un global de 5-4 a su favor. El conjunto alemán llegó al Santiago Bernabéu con la intención de complicarle la vida a los españoles, y lo lograron de principio a fin.

Cristiano Ronaldo el encargado de llevar un poco de tranquilidad a su equipo, al darle el empate momentáneo en dos ocasiones, y de paso colocarse como el máximo goleador de todas las competiciones europeas, por encima de Raúl con 78 goles.  Sin duda esos dos tantos fueron fundamentales, así como el gol de Benzema, para que los de Ancelotti disfruten en este momento del costoso pase a cuartos.

Pocos presupuestaban la derrota del club madrileño, que jugó uno de sus peores encuentros en lo que va la temporada. Un zurdazo de Christian Fuchs (minuto 20) fue el primer golpe a los locales, pero tan solo cinco minutos después Cristiano trajo tranquilidad con un cabezazo lleno de furia que quedó en evidencia con su celebración.

El primer tiempo terminó como empezó, Huntelaar puso en problemas a Casillas, quien rechazó el balón al centro y lo dejó servido para el goleador holandés (40). De nuevo pasaron pocos minutos y Cristiano apareció con otro certero remate de cabeza y su equipo se fue al camerino con relativa paz.

Parecía que en la segunda parte la historia sería diferente, gracias al tanto de Benzema (52), pero los momentos más inquietantes estaban por venir para el campeón defensor. En ese momento el Schalke necesitaba tres goles para eliminar al Madrid, y quedó cerca.

Al 57, Leroy Sane envió un trallazo desde fuera del área y Casillas quedó tendido sin opción de evitar la anotación. El camino se veía muy empinado para los alemanes, sobre todo porque el Madrid creó peligro con ciertos intentos.  Pero Huntelaar (84) se encargó de que fuera un cierre de infarto. Un golazo fue el que puso con los nervios de punta a la plantilla merengue, que resguardó como pudo el marco en los últimos minutos y selló un sufrido pase a los cuartos de final.