Sin duda, establecer una buena relación entre médico y paciente garantiza el éxito de cualquier intervención quirúrgica. Generar confianza y tranquilidad pasa por el trato cordial que debe brindar el profesional, además de ofrecer la información requerida, a los fines de crear la necesaria sensación de seguridad y satisfacción del cliente.
En esta línea de pensamiento, la doctora Magda Paublini Millán, odontóloga con especialización en Endodoncia e integrante del equipo de salud de la Fundación del Centro Italiano Venezolano (Fundaciv) admite que “el paciente de endodoncia es uno de los más temerosos en la consulta cotidiana; pues someterse a un tratamiento de conducto no deja de acarrear ciertos riesgos, por lo que, de la información que se le proporcione dependerá la confianza y la sensación de seguridad que se le pueda brindar”.
Sostuvo que “por lo general los pacientes llegan con la idea de que un tratamiento de conducto es doloroso. Está de parte del profesional brindarle información que permita crear una relación basada en la confianza. En lo personal, suelo explicarles el procedimiento, y señalarles que se usará una técnica de anestesia efectiva, que puede reforzarse durante dicho tratamiento, en caso de necesidad”, expresa la doctora Paublini.
Señala que “los riesgos inherentes a la realización de un tratamiento de conducto están principalmente relacionados con la posibilidad de accidentes con el líquido de irrigación (lavado de las paredes del conducto), fractura de instrumentos, falsas vías, perforaciones, entre otros; por lo que, en relación con las previsiones a tomar para la adecuada protección del paciente se recomienda, además de lentes y babero, el uso de agujas especiales para la irrigación de los conductos radiculares, desechar el instrumental que presente signos de deterioro, conocimiento de la anatomía dental y magnificación de la visión del campo de trabajo.