Lleva 25 años en la Orquesta Sinfónica de Miranda
“Para mí la música lo es todo, por eso le he entregado gran parte de mi vida”, fue una de las frases más resaltantes de Richard López, quien se crió en Catia y hace 13 años se residenció en la ciudad del clima ideal.
Desde niño lleva en sus venas el interés por la música. “Mi mamá es cristiana evangélica y me inculcó el amor por la poesía, cantar en el coro de la iglesia, recitar, y eso afloró con mayor fuerza cuando pasé por unos momentos difíciles de mi adolescencia”.
Relató que su comienzo fue en la Orquesta Juvenil de Guatire, una vez que lo invitaron a tocar luego de observar su desempeño en el bajo. “Desde ahí me enamoré, pero como era tan lejos no podía ir para allá y descubrí que en Caracas quedaba una orquesta”.
Transcurrido un tiempo, con tan solo 14 años de edad, ingresó al Sistema de Orquestas de Venezuela con el maestro Rubén Capriles; allí duró alrededor de tres años, para posteriormente pasar por la Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho y hacer una especie de pasantía llamada Los Jóvenes Arcos de Venezuela.
Resaltó que su entrada en este mundo fue una bendición, pues representó una oportunidad para salir del entorno en el que se encontraba y lo ayudó a alejarse de ciertas amistades que eran nocivas para él.
“Se presentó el chance de iniciar una carrera musical. Comencé con el violonchelo y después pasé al contrabajo. Ellos me dieron el apoyo como se lo han dado a muchísimos venezolanos, primero de ofrecernos un espacio para desarrollar el talento, que aparte de aflorar la parte musical, forma una disciplina y un carácter”.
Más adelante, tuvo la oportunidad de presentar una audición en el estado Miranda, la cual pasó y quedó como músico a los 22 años.
Desde entonces se dedicó a tocar en la sinfónica regional, y con el tiempo comenzó la carrera en el Pedagógico de Caracas, y paralelamente empezó los estudios de Dirección Orquestal con el maestro Gregory Carreño.
Además, cursó en el Instituto Universitario de Estudios Musicales, estuvo varios años en el Conservatorio Superior de Música en Caracas, hizo un diplomado en Liderazgo del Futuro y diversos cursos de Dirección Orquestal con el maestro argentino Mario Benzecry, y el último con el director estadounidense Francisco Noya.
“A lo largo de este camino, pude conocer a toda la familia de la orquesta y despertar en mí el deseo de dirigir”.
Richard agregó que fue el primero de la familia en formarse como músico y sirvió como motivación para dos de sus hermanos. “Se unió mi hermano menor, que toca violonchelo, y otro que lamentablemente falleció y tocaba el corno”.
Hoy día lleva 30 años como músico y 25 en la Orquesta de Miranda.
Trabajador incansable
Este talentoso hombre de 44 años es actualmente director de la Orquesta Infantil de San Pedro de los Altos, una historia que nació de un deseo que tuvo, en conjunto con la antigua directora de la Casa del Pueblo, Amanda Oropeza, en unas vacaciones de 2012.
“No fue planificado, ella me habló de unos niños que querían clases de música y le dije que podía ir. Arrancamos con ocho niños los sábados y al final fueron 20”.
Enfatizó que este es uno de los trabajos que más le apasiona. “Más que tocar el instrumento, me gusta dirigir a los chamos y el trabajo social, ayudar a todos los jóvenes que están en peligro es este tiempo que vivimos, con la inseguridad, la delincuencia y conociendo las malas influencias que puede haber en un barrio y hasta dentro de las escuelas”.
Detalló que además del coro infantil, tienen cinco cursos de lenguaje musical que funcionan en la escuela Juan de Dios Guanche, donde los espacios utilizados son divididos por clases en los salones de usos múltiples. Los metales y la percusión se estudian en la iglesia y visitan la casa de las hermanas cuando necesitan hacer otra labor.
Hasta el momento son alrededor de 130 estudiantes de diversos sectores de Los Teques, como La Matica, Lagunetica, Los Alpes, El Barbecho, El Jarillo, que son recibidos desde los cuatro años.
Perseguidor de sueños
López mencionó que su fuerte es el contrabajo en cuerdas, el cual se dedica a estudiar técnicamente con afinación, entre otros aspectos. “No es preciso estudiar todos los instrumentos para ejecutarlos, sino conocerlos para poder dirigirlos”.
Puntualizó que la orquesta está compuestas por tres grandes familias: las cuerdas, vientos, que incluye maderas y metales, y la percusión. Entre sus demás gustos, destacan la política, la lectura y los idiomas.
Reveló que no sale de sus metas hacer una maestría en la Universidad Simón Bolívar, dirigir orquestas y salir al exterior como lo hace el ícono Gustavo Dudamel.
Por último, envió un mensaje a todos los que sientan una inclinación musical. “Si tu sueño es la música, persíguelo; si no es la música, persigue tus sueños en sentido positivo, porque siempre se pueden concertar. Lo que hace todo posible es la fe, que es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Si crees y lo puedes visualizar, lo puedes tener”./Emelin Torres/ac/Foto: Alí Guillén/