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Ritual para recibir el Espíritu de la Navidad

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Periodistas de Avance

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Terapeutas y biosanadores, estos creyentes de energías y, por tanto, de chacras, hablan de un día que, para muchos, se ha popularizado por la llegada de un ente a la Tierra: el Espíritu de la Navidad. 

Pero, ¿quién o qué es? Muchos lo describen como un anciano con barba blanca y gordo que todos los años, cada 21 de diciembre, llena de prosperidad y cumple los deseos de las personas. Un ritual de bienvenida y agradecimiento parece ser su única exigencia.

Otros, en cambio, prefieren hacer analogías y decir que San Nicolás y ese “ente” de luz son las mismas representaciones. Y, los más escépticos, hacen una mueca de desdén y explican, como el sacerdote Andrés Pérez, que “la Nueva Era confunde las costumbres orientales con las occidentales y hacen una mezcla para crear el Espíritu de la Navidad, cuando para esta fecha se celebra, más bien, un evento histórico: el nacimiento de Jesucristo”.
Sea cual fuere cada creencia, este día en particular se abre un ciclo en el que se elevan los deseos que deben salir del corazón. Así lo sugiere la cosmobióloga Francys Trujillo quien señala:

“Los elementos que nunca deben faltar son: una vela naranja para conectarnos con la energía del sol y potenciar la abundancia, así como las mandarinas. Se pueden comer una por persona mientras está llenando su papel dorado en el que deberán anotar sus peticiones. O si lo prefiere, colocar sus conchas en un bol de la entrada de la casa para activar la prosperidad”.

Otros elementos que potencia este día son los granos de café. “Se puede hervir agua, colocar los granos y esa agua se utiliza para pasar un coleto. De esta manera el hogar queda completamente limpio. Esto activa la abundancia, los negocios, auge de ventas y crecimiento”, dijo Trujillo.

También Se recomienda limpiar la casa con días de anterioridad. “Sacar cosas del armario que no sirven y botarlas o reciclarlas. Si hay un florero roto, sustituirlo por uno nuevo. Se debe comprar ropa también nueva y regalar la vieja”.

El olor asociado es el de la mandarina (significa prosperidad), aunque se utilizan también la rosa, el sándalo y el azahar. Para ello, se pueden acompañar las velas con incienso.
Se enciende una llama, se da la bienvenida al Espíritu de la Navidad y, bien sea en grupo o solitario, se escriben los deseos en una hoja. Algunos prefieren recortar tiras y otros lo hacen en un papel completo.

“Se pasa por la llama de la vela, tratando de no quemarlos, para que el éter lleve esas peticiones al Universo y se reúna con las otras”. Así, se convierte como en una bola de energía positiva que, de seguro, permitirá la consecución de todos esos deseos.
Si el año anterior la persona también realizó el ritual, debe, para ese momento, sacar todos los deseos y ver cuáles se cumplieron o no, y luego quemar los papeles. Sin embargo, como la especialista, no se debe esperar hasta el otro año para abrir la carta con los deseos. “A mediados de febrero -recomienda-, se puede abrir el sobre y recordar los deseos para acumular más energías y así tener más facilidad en conseguirlos. Aquellos que se cumplieron se pueden ir quemando”. 

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