El viceministro de Asuntos Exteriores ruso Mijaíl Bogadanov declaró que Moscú reconoce a las nuevas autoridades de Sudán y se encuentra en contacto con ellas.

“Sí, por supuesto”, contestó Bogdánov, citado por la agencia oficial RIA-Nóvosti, a la pregunta de si Rusia reconoce y mantiene contactos con la junta militar que se hizo con el poder después del derrocamiento el jueves de la semana pasada del presidente, Omar al Bashir.

El defenestrado mandatario, que estuvo 30 años en el poder y que actualmente se encuentra en arresto domiciliario, hasta hace muy poco contaba con el favor de Rusia.

En noviembre de 2017, Al Bashir, reclamado por genocidio por la Corte Penal Internacional de La Haya, fue recibido por el presidente ruso, Vladímir Putin.

En esa ocasión, el ahora derrocado presidente sudanés planteó a al jefe del Kremlin la posibilidad de establecer una base militar rusa en Sudán, como él mismo reveló en una entrevista con RIA-Nóvosti.

En la cumbre con Putin, Al Bashir pidió ayuda para protegerse de “las acciones agresivas de Estados Unidos” y acusó a Washington de ser responsable de la escisión de Sudan del Sur, que tras décadas de guerra civil se convirtió en 2011 en un país independiente reconocido por la comunidad internacional.

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