El salario mínimo del venezolano, estipulado en Bs. 248 mil al mes, alcanza para costear dos o cuando mucho solo tres productos de la cesta básica, misma que está calculada en la actualidad a más de Bs. 25 millones. O al menos eso es lo que aseguran los usuarios en la calles de los Altos Mirandinos.

En algunos abastos, se pueden hallar artículos importados como arroz, pasta, granos y enlatados, con precios superiores al total del sueldo mensual de un trabajador. Un empaque de pasta de 500 gramos se halla entre los Bs. 120 o 190 mil, lo que significa cerca del 70% del salario solo para un producto.

Por otro lado, con los que tienen precio regulado y que escasean día tras día se pudiera hacer un mercado para una semana, si en realidad fuera fácil conseguirlos, pero para comprarlos hay que hacer colas interminables, y muchas veces los usuarios llegan a los abastos o supermercados cuando ya se ha acabado la mercancía.

Además de la comida, los otros grupos o servicios que son incluidos en la cesta básica, bien sea higiene, vestido, calzado, educación, alquiler de viviendas, salud y servicios públicos, necesitan mucho más del salario mínimo para poderse costear. La ropa y los zapatos pasaron de ser una necesidad a convertirse en un lujo, así como adquirir aparatos tecnológicos implica dejar de comer por unos cuantos meses.

Accionar contra las mafias

Algunos usuarios encuestados sobre el valor de los productos y sobre la regulación de precio, estuvieron de acuerdo en que debe ser a prontitud el accionar del Gobierno, pues lejos de ayudar con aumentos de salario, lo que se hace con estos incrementos es inyectar la inflación y disminuir el poder adquisitivo del venezolano.

“Si regulan un producto, ¿por qué no regular todos los demás? Yo creo que el Gobierno debe poner freno a la especulación a esas mafias que tienen en azote al bolsillo de todos nosotros”, refirió Mariangel Ortega, una usuaria consultada./no