20/04/15.- Los trastornos de la personalidad se evidencian en la deformidad del comportamiento, pero dependiendo del tipo de patología, las características cambian.
A veces para evitar este tipo de males, especialmente el disocial, es fundamental tener en cuenta las actitudes, acciones y situaciones positivas, según manifestó la psiquiatra Sonia Gastello, coordinadora de Salud Mental del Distrito Sanitario Nº 1.
Señaló que esta afección genera que las personas tengan un patrón de comportamiento y pensamiento muy diferente a las expectativas de la sociedad.
Indicó que quienes sufren de esto tienen dificultades para desempeñarse en su trabajo y relacionarse con otros. “Decimos que actúan diferente porque su comportamiento se desvía de lo esperado”.
También presentan una manera particular de pensar e interpretar los acontecimientos. “Por ejemplo, al enterarse de un asalto, la mayoría siente empatía y considera a quien pasa por esa situación, pero los que tienen trastorno de personalidad no le dan importancia”.
Manifestó que no se puede hablar de un trastorno hasta que el individuo cumpla los 18 años, aunque hay algunas alteraciones en los niños, que pueden ser indicadores de que en el futuro padecerán este mal.
Detalló que dentro de las características que distinguen a quienes tienen el trastorno disocial, está una actitud marcada de irresponsabilidad ante las normas y reglas, dificultad para mantener relaciones interpersonales permanentes, baja tolerancia a la frustración e incapacidad de sentir culpa.
Subrayó que las causas pueden provenir de cómo el sujeto ha sido criado. “Es importante establecer normas y límites en los hijos, que los padres dediquen tiempo para poner autoridad, pero que también tengan capacidad de amar a sus hijos”.
Informó que hay un trastorno completamente contrario al disocial, y que normalmente lo presentan quienes han sufrido bullying en la escuela. Son fríos emocionalmente, no les interesa socializar, tienen una capacidad limitada para expresar lo que piensan y sienten, y se aíslan.
Asimismo, son indiferentes a los elogios, y cuando les dicen todas las cosas buenas que tienen, pareciera que no se lo creen y no están interesados en hacer actividades que requieran compartir.
Expuso que también existe el trastorno histriónico, que se basa en personas que son muy dramáticas, tienden a ser teatrales y expresan sus emociones de manera muy exagerada.
Enfatizó que estos tienen sentimientos muy superficiales, buscan constantemente llamar la atención de los demás y se preocupan de una manera excesiva por su aspecto físico.
Muchos de ellos se dedican a la actuación, y así canalizan ese tipo de situaciones muy bien.
Agregó que existe el trastorno límite, que se refiere a personas que tienden a actuar de modo impulsivo, sin tener en cuenta las consecuencias. A veces pueden estar muy contentas y otros días deprimidos, porque son inestables. En ocasiones, la angustia los puede llevar al consumo de drogas o alcohol.
Por: SKARLET NIETO/Foto: Andreína Alemán