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Turistas olvidaron El Jarillo

JCB RESTAURANTE VACIO

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Periodistas de Avance

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Las ventas bajaron un 80% por la inseguridad y la crisis

El Jarillo es una comunidad de origen alemán situada a unos 30 kilómetros de Los Teques y representa una de las pocas alternativas turísticas de Guaicaipuro, sin embargo, sus habitantes, quienes suelen vivir del comercio y el turismo, indican que la inseguridad, la crisis ecómica y el pésimo estado de la vía ha convertido el sector en un pueblo fantasma.

En la vía se pueden observar tarantines que ofrecen diferentes opciones típicas, como fresas, duraznos, suspiros, variedades de salsas y otros alimentos como dulces autóctonos, asimismo, convergen los amantes de la naturaleza y la adrenalina, ya que la atracción más buscada es lanzarse en parapente. Los clubes de la zona ofrecen el servicio en Bs. 80 mil.

Sin embargo, todas estás atracciones quedaron en el olvido de los guaicaipureños que desde hace rato no suben para allá.

Se los come la inflación

Maribel Barrios, encargada de un restaurante de la zona, contó que “la cosa no es como antes, ha decaído muchísimo, posiblemente porque a la gente ya no le alcanza el sueldo para venir a comer y uno no puede regalar la comida, todo sube semanalmente, está situación tan triste nos llevó a trabajar solo los fines de semana y días feriados.

Para los vendedores de las famosas fresas con crema la cosa se puso igual de oscura, José Griman, dueño de un comercio, contó que para él la cosa ha disminuído hasta un 90% y que no tuvo más remedio que ponerse a vender hortalizas, de lunes a lunes.

Lo mismo pasa con los exquisitos platos alemanes que, en épocas anteriores, atraían no solo a quienes habitan en el municipio sino hasta visitantes internacionales.

Kelis Parra, encargada de uno de los restaurantes más emblemáticos llamado Jarillo Central, indicó que “vendemos solo el 20% de lo que antes, con facilidad, vendiamos en un día, además que a las 6:00 de la tarde ya es toque de queda y todos los comerciantes bajamos la santamaría”.

Añadió que ha tenido que ofrecer otro tipo de menú, un poco más accesible, para que los pocos que van, según Parra, compren alguito.

Los parapentes ni se ven

Como se mencionó, una de las principales atracciones de este sitio es ver los parapentes y para los más osados dar un brinco y vivir la experiencia. Anteriormente, se veían las filas de quienes querías participar, además de la gran cantidad de visitantes tomando fotos, ahora el cuento es otro, pues no se ve ni un alma.

Elvis Gutierrez, encargado del club de paracaidistas, informó que la práctica de este deporte ha dismunído un 96%. “Hay fines de semana que no viene nadie, es un desierto, a pesar de que somos el lugar más económico en el país, sin apoyo gubernamental y  al no invertir en el turismo solo queda es decaer”.

Manifestó que quienes laboran en El Jarillo viven encomendados a Dios. “Aquí uno tiene que estar rezando para que no te roben, la cosa está muy apretada con los malandros”.

Carretera vuleta leña

Un viaje para El Jarillo se realizaba en 45 minutos, aproximadamente, pero en vista de los derrumbes, cráteres y fallas de borde que invaden la vía, los choferes ahora tardan casi dos horas en llegar desde Los teques.

Hasta 15 deslizamientos se contabilizaron en la vía, desde Laguneta de Monataña, además la vía de más de 15 kilómetros hasta El Jarillo está sin luz, sumado al terrible estado víal.

Habitantes comentan que en varias oportunidades se han comezado trabajos de reparación vial y asfaltado en el sector, pero jamás han concluído la obra.

Diario Avance, reseñó el 28 de febrero de este año, que van cinco años desde que iniciaron los trabajos para la recuperación de la vía, pero en 2016 quedó pendiente un tramo, el cual se quebró en dos a consecuencia del desbordamiento de la quebrada El Bachaco, en 2012, dejando las cabillas al descubierto y para el segundo semestre de 2017 la situación sigue igual./BN/no/Foto: Juan Carlos Blanco/

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