El fiscal más querido deja un gran vacío en la capital mirandina
“El día que me vaya a la tumba lo haré vestido con mi uniforme. Soy el único fiscal que tiene permiso para usarlo después de haber sido jubilado, y es una gracia que me concedieron por mi lealtad a la institución y mi honradez como funcionario”, resaltó con gran orgullo Eufrasio Antonio Aramburú Reyes, cariñosamente conocido como “El Abuelo”, en una entrevista concedida al diario El Universal.
Y es que “El Abuelo” se hizo famoso por su dedicación y esmero, pues duró 25 años sin soltar su silbato y vestir con elegancia el uniforme de Tránsito Terrestre. Ayer, con mucho dolor y un gran vacío en sus corazones, cientos de tequeños acompañaron a Aramburú hasta su última morada en el Cementerio Monumental de Los Teques, tras sufrir un infarto fulminante en su residencia.
Tal como recuerda su hijo Héctor, “El Abuelo” todos los días trabajaba en la Esquina del Dato, cerca de la Casa Amarilla, desde las 7:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde, donde ningún conductor se resistía a su autoridad. En 2006 fue decretado Patrimonio del municipio Guaicaipuro, pero su mayor reconocimiento siempre fue el cariño y el respeto de todos los que crecieron en la ciudad del clima ideal.
“Todos me piden la bendición, jóvenes, niños, los diputados y hasta el gobernador. Ese es el cariño que me da el pueblo”, destacaba Aramburú, que portaba un carnet que lo acreditaba como asesor de la Fundación del Transporte de Miranda (Futrapem) y como miembro de la División de Seguridad de la Legislatura del Estado.
Como él no hay otro igual
El “Abuelo” fue uno de los personajes más característicos de la ciudad de Los Teques, quien además de disfrutar de su silbato en mano y el característico uniforme marrón de los hombres del tránsito, también era fanático de los deportes. “Cada vez que puedo los practico, no he dejado de ser camorrero. Además, en este oficio tengo que pelear tanto que trato todavía de mantenerme en forma”, sentenciaba.
En 1943, “El Abuelo” integraba el Cuerpo de Caballería Ambrosio Plaza, cuando fue llamado para ser motorizado de Isaías Medina Angarita. Para él, este presidente “fue el más democrático que hemos tenido. Cuando fue derrocado en 1948 yo seguí laborando en la Brigada de Tráfico, ubicada en Caracas entre las esquinas de Monjas a San Francisco. Luego, cuando me pasaron a la Dirección de Tránsito Terrestre, me encomendaron el cuidado de la cuadra donde está la casa del Gobernador de Miranda y yo acepté gustoso porque me siento hijo adoptivo de esta ciudad”, relataba con orgullo.
Cabe destacar que Eufrasio Aramburu nació en Santa Cruz de Aragua hace 90 años y fue en la adolescencia cuando decidió dejar su poblado en busca de una mejor vida. Duró más de 50 años de matrimonio con su esposa, a quien consideraba como una mujer maravillosa, y fue jubilado con el grado de sargento primero en 1982. “Esta ciudad me gusta por su clima y por su gente. Aquí tengo muchos amigos, porque ¿para qué quiero enemigos?”, señalaba Eufrasio, quien efectivamente se ganó el corazón de muchísimos amigos.
Ser padre, esposo y abuelo era su prioridad
Con el empleo de fiscal, “El Abuelo” crió a sus tres varones y una hembra, todos profesionales, todos buenos hijos. Uno es profesor, otro es mecánico automotriz, otro es comerciante y la hembra, que falleció, laboraba en la notaría. Fue en 1958 cuando nació el primero. “Todo era barato en aquel entonces, por eso no fue tan difícil económicamente levantar una familia numerosa”. La segunda criatura llegó un año después, luego fue padre nuevamente en 1960, y después en el 65. Eufrasio Antonio siempre se mostró orgulloso de que nunca tuvo malos momentos con sus muchachos, sólo cuando perdió a su hija por un aneurisma, cuando ella tenía 44 años, estando a punto de jubilarse. Por lo demás todo fue felicidad: tiene ocho nietos y quiere a su vecina como a una hija.
“Tengo ocho nietos que son mi alegría. A ellos les digo que traten de hacer lo mejor que puedan por el país. Siempre vale la pena”, manifestaba “El Abuelo” en una de sus tantas entrevistas para medios locales. “El mejor consejo que puedo dar a quienes se estrenan como padres es que nunca abandonen sus estudios. Ahora estudiar es mucho más fácil que antes, y eso es algo que tienen que aprovechar para darle lo mejor a sus descendientes”, aconsejaba.
Un puente con su nombre
El 22 de octubre de 2013, el exalcalde Alirio Mendoza inauguró el puente “Eufrasio Aramburú” que une la avenida Víctor Baptista con la avenida Bolívar y la calle Ricaurte del Los Teques, donde además juramentaron al popular fiscal como alcalde por un día. En ese entonces, Mendoza recalcó que el reconocimiento era poco para todo lo que el abuelito de Los Teques le dio al municipio. “Prestó sus servicios al pueblo y ahora el pueblo lo agradece honrando su labor, nos deja la enseñanza que la jubilación no detiene nada”, añadió./Andreína Ibarra/Foto: Jairo Ramírez/rrdiarioavance@gmail.com