Periodismo de Soluciones

Usar secadores de manos puede ser más peligroso para tu salud de lo que piensas

29994_la_kalle_peligros_de_usar_el_secador_de_manos_foto_de_referencia_la_kalle.jpg_980767245

Publicidad

Por:
Por:

Periodistas de Avance

Comparte esta noticia

Mantener tus manos limpias y libres de bacterias es vital para mantener la buena salud de tu organismo. Se recomienda lavarlas antes y después de ir al baño y previamente antes de comer. Pero el modo en que las secas también es importante.

Es normal encontrar secadores manos y servilletas de papel en baños del trabajo o públicos, en centros comerciales, por ejemplo. Pero ¿has pensando si alguno de los dos pone en riesgo tu salud?

Según investigadores de Reino Unido, Francia e Italia, que realizaron pruebas en estos tres países, los secadores de aire a chorro son básicamente “cañones de bacterias”, reseñó la BBC Mundo en su página web.

Los científicos de la Universidad de Leeds, Reino Unido, el Hospital Saint-Antoine de París, Francia, y la Universidad de Udine, Italia encontraron que estos dispositivos lo que hacen es dispersar cantidades alarmantes de bacterias de las manos de otros sobre la superficie y en el aire del lugar.

El problema surge porque las personas, por lo general, no se lavan las manos correctamente y al secarlas con potentes chorros de aire esparcen las bacterias residuales por todas partes.

“En efecto, el secador de aire crea un aerosol que contamina el baño, incluyendo el secador mismo y, potencialmente, el lavabo, el piso y otras superficies, dependiendo del diseño del secador y dónde está ubicado”, explicó Mark Wilcox, profesor de microbiología de la Universidad de Leeds.

En estas condiciones, existe toda la probabilidad que uno esté entrando en un baño lleno de los microbios de otras personas.

Sobre el estudio

La investigación se realizó en los hospitales de tres ciudades: Leeds, Paría y Udine, durante un período de 12 semanas.

En cada lugar se seleccionaron dos baños para uso de pacientes, personal hospitalario y visitantes. En cada uno se instalaron un secador y toallas de papel.

Se tomaron muestras del aire y de las superficies todos los días, durante cuatro semanas. Después de una pausa de dos semanas, se hizo un cambio en los baños para que ofrecieran solamente una de las dos maneras para secarse las manos y volvieron a tomar muestras.

Los cultivos que recogieron de esas muestras revelaron una concentración de bacterias en el aire y en las superficies muchísima más alta en los baños donde solo había secadores de aire a chorro.

La diferencia más dramática se detectó entre la superficie del secador y la superficie del dispensador de toallas de papel. En Udine, el secador tenía 100 veces más bacterias, en París 33 veces y en Leeds 22.

La particularmente virulenta cepa bacteriana Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) fue tres veces más prevalente en los baños de los hospitales en Reino Unido durante los períodos que usaron el secador de aire.

Otras bacterias resistentes a la penicilina y otros antibióticos -y, por ende, difíciles de tratar- fueron encontradas con mayor frecuencia también.

Noticias relacionadas