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Uslar Pietri en Los Teques por Paludismo

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Periodistas de Avance

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El territorio venezolano, desde los días de la conquista y colonización ha sido atacada por diferentes epidemias y pestes, las cuales al momento de su llegada contribuyeron a la disminución de la población, encontrándose entre estos males la viruela, el sarampión, paludismo, fiebre amarilla, peste bubónica, cólera, tosferina.

Los estudiosos relacionados con asuntos sanitarios señalan en sus respectivas investigaciones que los que cruzaron el mar océano para llegar a estas tierras, concretamente las venezolanas, sirvieron de puente para la llegada del paludismo, peste, lepra, fiebre tifoidea, tosferina, difteria, rabia canina, viruela, mientras que aquí encontraron, entre otras calamidades la buba, el carare, micosis. Poblaciones recién fundadas desaparecieron por las embestidas de estos males, mientras que las que ya poseían sus estructuras políticas, sociales, económicas, vieron diezmadas sus familias.

Los brotes de estos demoledores padecimientos se focalizaban, principalmente, en las zonas de mayor población como los casos de Caracas, La Guaira, Puerto Cabello, Coro, Ciudad Bolívar, Barquisimeto, entre otras. No olvidar que las guerras, entre ellas la de Independencia y la federal, así como las montoneras conducidas por caudillos de bolas de chimó y tabaco en la boca, también contribuyeron, a la siembra de la soledad en estas tierras. Hubo que esperar el fallecimiento de Juan Vicente Gómez, tirano que apartó a Venezuela del resto del mundo, para emprender una bien planificada acción sanitaria, donde recordados médicos se entregaron sin desmayo a combatir las epidemias que llenaban de cruces los caminos del país.

CLIMA IDEAL PARA TRATAR ENFERMEDADES PULMONARES.

Los Teques, de acuerdo a sus condiciones climáticas, se tuvo, por espacio de muchos años, como centro ideal para el tratamiento de las enfermedades de las vías respiratorias, entre ellas la tuberculosis. Hasta la hoy capital del Estado Miranda, cuando se encontraba rodeada de frondosos árboles, de cuidados parques y con una permanente neblina, se trasladaron muchísimas personas en la búsqueda de la salud, motivo por el cual a la pequeña comunidad se le conoció como pueblo sanatorio.

Eran momentos cuando el tren, considerado para su época un excelente medio de comunicación, era empleado por familias de Caracas, Maracay, Valencia, para trasladarse a Los Teques y disfrutar de los atractivos que la villa les ofrecía, entre ellos los parques Los Coquitos, bautizados años después con el nombre de su creador el ingeniero Gustavo Knoop y El Encanto. Las reseñas de destacados cronistas, historiadores, ensayistas y periodistas, recogidas mucha de ellas en el estupendo tratado “Los Teques. Testimonios para su historia”, trabajo cumplido por el historiador y cronista Ildefonso Leal, nos dicen de la importancia de Lo Teques, hasta muy entrado el siglo XX, desde el punto de vista turístico. No dejar a un lado de la vía que en aquellos no muy lejanos días en la quebrada geografía tequeña conocidas personalidades del mundo político, económico, social, comercial e industrial, por las condiciones climáticas que ofrecía la zona donde se encuentra situada esta noble población, edificaron atractivas y cómodas viviendas, admiradas por los visitantes.

MERITORIA LABOR DE LAS HERMANITAS DE LOS POBRES, DE LAS AGUSTINAS, DEL PADRE HILARIO CABRERA Y DE LA MADRE MARÍA DE SAN JOSÉ.

En el plano de la búsqueda de tratamiento y atención a los enfermos de tuberculosis en Los Teques, en los tristes días cuando los enfermos deambulaban por las calles, se hacen presentes en la pequeña urbe integrantes de la Hermanitas de los Pobres, quienes, haciendo de tripas corazones, como dice la sentencia popular, emprenden una admirable tarea en lo que había sido sede del antiguo manicomio, donde el tristemente célebre Telmo Romero, dejó una profunda huella de dolor en los enajenados que allí se encontraban.

Desde ese local, a pesar de no reunir las condiciones requeridas y de las críticas que se hacían, las Hermanitas en cuestión, en el llamado asilo de San Antonio, se empeñaron en proteger a los desasistidos que no tenían quienes los atendieran.

Por la presión ejercida por sectores de la localidad, como lo señala el doctor Manuel G. Henríquez Ledesma en su bien documentado ensayo Los Teques de Ayer 1900—1935, las laboriosas religiosas se mudaron a San Antonio de los Altos, donde no mejorarían las condiciones de los enfermos, debido lamentablemente a que no recibieron el respaldo económico necesario para darle continuidad a tan ejemplar obra de caridad.

De acuerdo con las investigaciones del Doctor Manuel G. Henríquez Ledesma, guía para la redacción de esta parte de Perfiles, se conoce la actuación del admirado y recordado sacerdote Hilario Cabrera, con quien la comunidad tequeña mantiene deuda de reconocimiento, quien, decide continuar la labor de la Hermanitas de los Pobres y para ello convoca a otra congregación, a las Hermanas Agustinas, al frente de las que se colocaría la madre María de San José, elevada a la condición de beata como recientemente lo fue la madre Carmen Rendiles

SE TEMIÓ PORLA VIDA DEL FUTURO ESCRITOR.

También se conoce que los que sufrían de paludismo buscaron para su curación refugio en Los Teques, como el caso Arturo Uslar Pietri, quien en reportaje aparecido en la revista Lamigal No 6, correspondiente al mes de junio de 1985, declaraba que encontrándose como estudiante en el Colegio Federal de Varones de Maracay estudiando bachillerato, el cual no pudo concluir en dicha institución por haberse infectado de paludismo, lo que, según las propias palabras de quien con el correr de los años se convertiría en uno de figura estelar del mundo de las letras venezolanas y de Hispanoamérica, se temió por su vida, superando esa difícil situación, la familia decidió enviarlo a Los Teques, señala el entrevistado, “…era un clima mejor y una zona no palúdica, y allí terminé el bachillerato”. En el mismo reportaje, Arturo Uslar Pietri declara que había nacido en Caracas en 1906, donde permaneció, con algunas salidas hacia Los Teques y hacia la Isla de Margarita.

Los Teques, 30/06/2018.

sanchezjesusmaria@hotmail.com

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