Para Washington el caso de Joanne Chesimard resulta el más espinoso La secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos para Latinoamérica, Roberta Jacobson, admitió que el Gobierno cubano no quiere incluir en sus diálogos de acercamiento la posible repatriación de los fugitivos estadounidenses que se encuentran en la isla.
Durante una audiencia celebrada ante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara baja de Estados Unidos, Jacobson aseguró que las autoridades de La Habana “no están interesadas en dialogar sobre el asunto”, aunque reiteró que sigue siendo una de las prioridades para la Administración del presidente Barack Obama.
La diplomática reconoció la frustración que, de momento, está suponiendo este asunto en el marco del deshielo de las relaciones entre los dos países, cuyo acercamiento se anunció el pasado 17 de diciembre.
Jacobson aclaró que tampoco se han abordado específicamente los tratados de extradición entre ambas naciones, durante mucho tiempo obsoletos.
Para Estados Unidos es especialmente espinoso el caso de Joanne Chesimard, líder del Ejército de Liberación Negro y reclamada por la Justicia estadounidense por la muerte de un policía en los años 70.
Chesimard, que más tarde cambió su nombre por el de Assata Shakur, fue la primera mujer en formar parte de la lista de los terroristas más buscados del FBI, quien ha ofrecido altas sumas por su captura.
La dotación de asilo y amparo a varios fugitivos de la Justicia estadounidense así como de miembros de la banda terrorista vasca ETA y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han sido motivo y argumento para la inclusión de Cuba en la lista de EE.UU. de países patrocinadores del terrorismo.