Luis Fernández tiene 24 años madrugando en la calles para ofrecer café  a las personas que todavía no terminan de despertarse y que van camino a sus lugares de trabajo, oficio que desarrolla desde que dejó su familia en El Vigía, estado Mérida, para comenzar un nueva vida en la tierra de Guaicaipuro.

Fernández afirma que llegó a Los Teques  para aventurase a una nueva vida, tras emigrar Los Andes dejando atrás todos sus recuerdos de juventud.

“Migré al estado Miranda para conocer otro mundo. Acá levanté a mi familia vendiendo café, porque a pesar de la crisis los venezolanos somos unos guerreros que no levantamos ante cualquier dificultad. Uno no se puede dormir en los laureles, hay que estar constantemente en la lucha”, afirmó.

Sus principales clientes son las personas que caminan entre las avenidas Bermúdez e Independencia y la calle Miquilen hasta llegar a la plaza Guaicaipuro, donde generalmente termina su jornada cuando se agotan los tres termos de café.

Durante las caminatas ha experimentado la transformación de la ciudad que va desde la entrada en funcionamiento del sistema Metro de Los Teques hasta cambio radical de la avenida Bermúdez.

“La ciudad creció, pero la gente sigue siendo amable. Durante mis años de trabajo he conocido a muchas personas que hoy me saludan como mucha estima. Recuerdo a Don “Chito” Aguilar cuando leía los petroglifos en la plaza Guaicaipuro y al señor Encarnación que vendía frutas con una carreta  de madera que vivía por El Cementerio. También a otro apodado El Zorrillo que todavía está con vida”, contó.

Por último, recomendó a los jóvenes estudiar y prepararse para el futuro. “No se dejen encantar con las redes sociales”.