La mayoría de los adultos mayores revelan que el dinero a duras penas les alcanza para cubrir sus gastos, entre ellos, alimentos e insumos médicos. Sin embargo, los abuelitos quienes en ocasiones dependen de varias pastillas por padecer de más de una patología, no sólo es el esfuerzo físico que representa tener que visitar casi diez farmacias por día, sino el alto costo que les representa la adquisición.

Los genéricos no pueden aliviar los malestares de los abuelos, primero porque dada la creciente demanda son muy difíciles de conseguir, como ocurre con los antihipertensivos y los analgésicos. La droga frecuente para darles a los adultos mayores es el Daflon, para controlar las várices, y no hay otro sustituto que sea igual. Para la osteoporosis el calcio con los complementos en sus nombres comerciales tampoco tiene sustituto, así lo indicó Marilinda Reverón, farmaceuta. “Cada vez que voy a las droguerías pierdo el viaje. Yo sufro de las piernas y tengo que recorrer varios comercios a ver si encuentro el remedio para la circulación”, lamentó Rosa Carvallo.

Una abuela que se encontraba en una de las farmacias, señaló que no consigue sus medicinas, tiene que cumplir con dos tratamientos pero solo lo hace con uno ya que no encuentra sus otras pastillas, por otra parte aseguró que los costos son muy elevados, por lo cual a sus hijos se les hace cuesta arriba comprarle sus medicamentos. “Son pocas las veces que algún familiar logra conseguir alguno de mis medicamentos”. /DL/gp