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Acusan a dos polisalias de apoyar atropellos de la guardia

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Andrea Jiménez, periodista amenazada con ser violada y asesinada por la GNB

Gustavo Bastardo. Cómo una situación que no le desearía ni a su peor enemigo, calificó Andrea Jiménez  (25), periodista independiente y productora de televisión, a la injusta y atropellada detención de la cual fue víctima, junto a otros 11 vecinos en la Urbanización Los Castores, en San Antonio, durante la madrugada del 24 de febrero, donde fueron brutalmente golpeados los hombres, mientras a las mujeres las amenazaron con violarlas y asesinarlas.

¿Estaban ustedes participando en las protestas durante la detención?

No. Nosotros nos encontrábamos dentro de nuestra urbanización observando cómo transcurría la manifestación en La Morita y, justo a las 5:00 de la mañana, funcionarios de PoliSalias y Protección Civil se apersonaron en el lugar y comenzaron a levantar las barricadas que habían dejado los manifestantes en la subida de La Morita. Nos vieron en Los Castores y nos dijeron que fuésemos a dormir, que ya había acabado.

¿Entonces por qué los detuvieron?

Cuando cada uno de los vecinos nos disponíamos a subir a nuestras casas, el padre de uno de los jóvenes se ofreció llevarnos en su camioneta, pero justo en el momento en que nos estábamos montando, nos interceptaron siete motos de la Guardia Nacional Bolivariana, armados y, nos dijeron que nos detuviéramos, nos bajaron, olieron manos, boca y, después nos mandaron a montar en la camioneta, “porque estábamos detenidos”.

¿No les dijeron a los funcionarios de la Guardia que violaban propiedad privada?

No, en ese momento ninguno se atrevió a decir nada porque nos estaban apuntando con sus armas largas y tenían una actitud agresiva.

¿Y la seguridad de la urbanización?

No hizo absolutamente nada; pensamos que hubo complicidad, puesto que apenas los funcionarios llegaron, les abrieron las puertas. Eso lo pudimos ver a través de las cámaras de seguridad luego de que nos liberaran.

Actuación de PoliSalias

Jiménez relató que tras prácticamente secuestrarlos de la urbanización, fueron trasladados hasta la redoma de San Antonio, donde arrodillaron a los hombres y comenzaron a golpearlos con las armas, mientras que a ella y a una menor de edad, la amenazaban con violarla y matarla.

Denunció que en ese momento se encontraba una patrulla de PoliSalias con dos funcionarios, pero que en ningún momento se ofrecieron a mediar ni mucho menos hicieron algo para que dejaran de golpear salvajemente a los jóvenes.

¿Pidieron ayuda a los funcionarios de PoliSalias?

Sí, evidentemente lo hicimos. Pero la respuesta de ellos fue que nos calláramos porque habíamos sido detenidos y comenzaron también a insultarnos. Pese a que le explicamos que nos apresaron en la urbanización y que varios estábamos en pijama, esos dos funcionarios lo que hacían era insultarnos y ver cómo cometían esa injusticia.

¿Cuál crees tú que debió ser la conducta de los policías?

Obviamente todos esperábamos que al menos conversaran con los guardias para llegar a un acuerdo, ya que nosotros no estábamos protestando e incluso, otros funcionarios fueron testigos porque nos vieron desde el puente de La Morita. Pienso que actuaron de mala fe, porque se supone que están para resguardar a los vecinos de Los Salias.

¿Luego qué ocurrió?

Cuando se cansaron de golpear a los jóvenes, comenzaron a ruletearnos por más o menos media hora. Nos llevaron hasta el punto de control de la PNB en el IVIC, donde nos bajaron y esposaron. En todo el trayecto continuaron golpeando a los jóvenes y a nosotras nos amenazaban con llevarnos al INOF para que las presas nos violaran. De allí nos llevaron hasta el Core 5.

¿Por qué al Core 5 y no a Ramo Verde?

Bueno, yo cuando nos montaron en la camioneta de los guardias, escuché que tuvieron la intención de llevarnos a Ramo Verde, pero supuestamente había una barricada en Los Nuevos Teques, por lo que se al parecer se devolvieron.

¿Cuándo llegaron al Core 5, fueron tratados humanamente?

No, para nada. Allí al llegar, todos los guardias que pasaban comenzaron a gritarnos que éramos burgueses, terroristas y oligarcas. Que por qué nos habían llevado hasta allá, cuando nos debieron haber matado. Luego de eso, nos colocaron en fila y a los hombres les cortaron la ropa con una navaja para que pasaran frío y los metieron en un cuarto, donde los seguían golpeando mientras se arrodillaban. A nosotras nos dejaron con una guardia.

¿Hubo guardias que no estuviesen de acuerdo con las agresiones?

No. Es lamentable y muy triste ver el odio y el rencor con el que actuaban. Solo un general, que prefiero no identificar, fue el que nos defendió. Decía que nos dejen quieto, que por eso es que hablaban mal de la GNB, pero apenas él iba a otro lugar, volvían a arremeter contra nosotros.

¿Luego qué ocurrió?

En el core 5 nos arrebataron todas nuestras pertenencias. Celulares, carteras, cadenas, todo. De allí nos trasladaron hasta el Sebin del Helicoide. Llegamos a las 12:00 del mediodía, que fue cuando nos dieron comida, nos hicieron un chequeo médico y nos quitaron las esposas.

¿Dónde quedaron sus pertenencias, las robaron?

La mayoría de ellas no apareció. Solo las que llegaron a manos del Sebin aparecieron. Mi celular se perdió.

¿Cómo actuaron los funcionarios del Sebin?

Fueron muy respetuosos. Desde el momento en que estuvimos con ellos la represión cesó y nos compraron una tarjeta para que llamásemos a nuestros familiares.

¿Y la Defensoría del Pueblo?

Ellos llegaron en ese momento, nos dijeron que su deber era velar para que lo que nos pasó, no nos ocurriera, pero ya era tarde. Luego de eso, pasamos la noche allí y nos trasladaron en la mañana hasta Ramo Verde, donde sería nuestra audiencia. Sin embargo, la realizaron a las 8:00 pm, pero no hubo más violencia porque estábamos a cargo del Sebin.

¿Les permitieron hablar con sus abogados?

No. Solo hasta una hora antes de la audiencia fue que nos pudimos comunicar con los abogados que dispuso el diputado Stalin González, a través del Foro Penal. Nos imputaron obstrucción a la vía pública, resistencia a la autoridad e instigación a la violencia.

¿Qué ocurrió durante la audiencia?

La juez, pese a que no pudo imputarnos los delitos por falta de pruebas, admitió que no podía ignorar el expediente porque tampoco se podía comprobar que no era cierto, por lo que nos dejaron en libertad, pero bajo dos medidas cautelares: Prohibición de participar en manifestaciones violentas y notificación de cambio de residencia a los tribunales.

¿Cuál es el llamado para aquellos que continúan manifestando?

Mi llamado es para que todos los venezolanos continúen en las calles; a nosotros nos ampara la Constitución y solo pienso que esta es una forma de amedrentamiento, para que la población tenga miedo y se canse. Pero pienso que lejos de hacer eso, nos da más fuerza para seguir luchando por nuestro país y por los derechos de todos.

¿Cuál fue tu mayor temor?

Morir. Sentía que podían matarme en cualquier momento porque tienen el poder y las armas. Además nunca dije que era periodista por temor a que se ensañasen más.

¿Cómo calificas el ejercicio del Periodismo en el país?

Censurado. Y lamentablemente ahora muchos colegas practican la autocensura y se ven obligados a omitir u ocultar informaciones por temor a represalias. Confío en que nuestro país cambiará y podremos salir de esto.

¿Pueden actuar en contra de los guardias?

Sí. Los abogados del Foro Penal solicitaron que el caso no se cerrara, puesto que los funcionarios debían responder por nuestras pertenencias, por la brutal golpiza a los jóvenes y por la violación de los Derechos Humanos.

¿Crees que habrá justicia?

Capaz no hoy ni mañana, pero debemos recordar que los delitos de Lesa Humanidad no prescriben, por lo que tarde o temprano deberán pagar por lo que hicieron.

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