Apasionado que dedicó su juventud para defender a los necesitado
La mayoría de los jóvenes, a los 17 años, están pensando en la fiesta o en el encuentro con los amigos para conocer muchachas, pero este no fue el caso de Alfredo Padilla, quien a esa edad estaba intentando organizar un “comité de reivindicaciones juveniles”. Su mamá no entendía esa inquietud, para ella todo estaba alentado por la política, porque una organización con un nombre tan largo era medio sospechosa.
Por lo que lo motivó hacia actividades culturales para que dejara de andar “reivindicando”. Comenzó en música, específicamente en piano. Actividad que generó chanzas porque tocar ese instrumento no era muy común en la popular barriada de Antimano. Era elitesco. Sus panas entre pícaras sonrisas decían “el flaco no vieneee, está tocaaando piano”
Aunque su primera estructura juvenil de tipo social, era un tanto suspicaz y poco atractiva, logró que famosos como Aquiles Nazoa y José Ignacio Cabrujas, se unieran a su grupo. Conversaron sobre teatro, cine y poesía, charlas que lo guiaron hacia el trabajo comunitario. El mundo cultural no lo cautivó porque su pasión a parte de la lucha social fue el baile, dicen que es tremendo bailarín de salsa.
Con y para los trabajadores
La actividad cultural no tuvo éxito, porque ya el ruidito de lo sindical había hecho efecto en sus oídos un tanto izquierdosos, y así fue como, sin haber laborado ni un solo día, fue electo secretario. Juvenil de la Central Regional de Trabajadores de Caracas cargo que le permitió seguir ascendiendo hasta llegar a la CUTV a los 20 años de edad. Por pura suerte y un poco de dedocracia ocupó la secretaría de reclamos de los trabajadores funerarios.
Sin estar muy fogueado en estas lides en su primer cargo obtuvo un triunfo colectivo, cuando logró que se inauguraran departamentos de atención al joven trabajador en dos sindicatos: el asistencial y el de los trabajadores de la harina.
Padilla se dio cuenta que para seguir adelante tenía que prepararse, y decidió estudiar locución y luego Derecho, dos profesiones de mucha utilidad. Como locutor se luce en el programa “Economia de carne y hueso”, que se trasmite todos los sábados por RCR. Y, como abogado está activo en la defensa de los trabajadores asociados en Atraem, organización que lidera desde hace más de 11 años.” Nuestra misión fundamental es capacitar y defender a los emprendedores y pequeños empresarios que son un soporte esencial de la economía”.
Desde que ingresó en el movimiento sindical su lucha se centró en el rescate y protección del trabajador joven, que según su criterio estaba relegado, poco aprovechado y desasistido como personal de relevo. Esa inquietud generó en Padilla la necesidad de comenzar a proteger a los jóvenes trabajadores, para lo cual decidió formarse profesionalmente e investigar sobre opciones para este sector laboral.
Robin Hood en sindicato de radio y tv
Ya con título en mano, experiencia y mayores conocimientos decidió participar en la terna del Sindicato de los Trabajadores de radio y Televisión en 1984, y fue, como miembro de la junta directiva de ese importante gremio que se encontró con el veto que le habían impuesto las televisoras mexicanas a nuestro Puma, José Luis Rodríguez.
Y como buen emprendedor social vio en el impedimento al Puma la gran ocasión, tanto para su vida profesional y como para la de luchador laboral. Así que asesoró a la Consultoría Jurídica del sindicato de Radio y TV, en el sentido de impedir a los artistas mexicanos trabajar en nuestro país hasta tanto no se levantara el veto al Puma. “A partir de esa decisión, aquí no se permitió la presencia de ningún artista del país azteca. No se consintió trabajar ni siquiera a los mariachis de la calle”, comenta riéndose.
Y argumenta, que como en toda crisis hay oportunidades, en la solución de este conflicto tuvo la suerte de codearse con el cantante Tito Guizar gran héroe del cine mexicano, que estaba al frente de la estructura sindical de su país. Y luego de conversas, tragos y canciones se llegó a un acuerdo y se levantaron las sanciones, el Puma podía cantar allá y los mariachis aquí..
Siguió defendiendo los derechos de los artistas, sin desligarse de sus contactos políticos que lo llevaron a escalar más alto en su lucha sindical y así fue que su amigo Germán Lairet, ministro del trabajo y Juan José Delpino presidente de la CTV durante el gobierno de Jaime Lusinchi lo propusieron como agregado laboral en España, cargo donde dejó constancia de su compromiso con los más desfavorecidos al lograr que los inmigrantes españoles que trabajaban aquí cobraran su pensión en euros.
Su paso por la embajada española fue tan exitoso que fue designado como director de relaciones Internacionales del Min del Trabajo y enlace con la OIT. Este último cargo lo llevó a formar parte del Consejo de Administración, que es la máxima instancia de esa organización en las Naciones Unidas.
Atraem defiende el patrimonio familiar
Alfredo Padilla, como directivo de Atraem trae a colación los principios de la organización que dirige cuya misión fundamental es fortalecer a este sector productivo de la economía del país a través de la organización, capacitación y defensa del trabajador por cuenta propia. “Basta ya de que el gobierno siga viendo al trabajador independiente o al cuentapropista, como una perturbación; y no como una oportunidad para crecer en los nuevos esquemas de economía colaborativa”.
Seguro del trabajo social que realiza, Padilla sostiene que “la meta que nos proponemos en Atraem, se sustenta en la visión de convertirnos en una organización líder en defensa de los trabajadores por cuenta propia, por considerar que, en la actualidad, aunque son ellos el mayor soporte de la economía privada popular, igualmente son los más golpeados por la desventajas que tienen en sus lugares de trabajo callejero el cual realizan en condiciones casi infrahumanas, porque están sin seguridad social, jurídica ni policial.
Frente al descalabro económico que vivimos Atraem propone una economía popular en abundancia, como parte del progreso personal, familiar y local, en estrecha alianza con el liderazgo vecinal, porque solamente con esa esa unión se puede detener la degradación de la calidad de vida en el barrio, frente a la desidia clientelar.
En este sentido Atraem reivindica la vocación y la labor emprendedora constante porque son fuentes generadoras de patrimonio en el barrio, vecindario o parroquia, si vemos el patrimonio familiar como una unidad económica que se desarrolla a través del autoempleo. /Coromoto Jiménez/Foto cortesía