La crisis e inflación que ahoga a la cotidianidad también afectó a comercios que hacen vida en el casco central de la parroquia San Pedro De Los Altos, donde se incluyen establecimientos como avícolas, panaderías, luncherías, quioscos y hasta una línea de taxi que cohabita justo en frente de la plaza.

Unos de estos negocios, pioneros en la actividad comercial desde hace 30 años es el bazar Roque Pinto, quienes han visto disminuidas sus ventas, por diferentes razones, tanto económicas, como la poca afluencia de clientes.

Nelly Teixeira, encargada del local dijo: “los últimos cinco años han sido fuertes para nosotros y todo el gremio, las constantes subidas de precios, la regulación de productos de aseo personal durante cuatro años, tuvimos esta mercancía a precios dictados por el Gobierno Nacional, con un dólar que iba subiendo y eso acabo con las empresas y la parte económica del negocio porque no se puede mantener tanto tiempo un producto con control de precios cuando la inflación te come”.

Dijo que “actualmente el poder adquisitivo que notamos en los clientes es  solo para adquirir alimentos, nosotros vendemos artículos de quincallería, regalos, papelería, perfumes, ropa, zapatos entonces esas cosas la gente no las está comprado con tanta frecuencia”.

“Esto era un negocio muy completo teníamos en nuestras vitrinas desde un lápiz, chocolates y refresco, hasta trajes de primera comunión, para reinvertir dinero el capital cuesta, hoy en día se tiene que trabajar con tu dinero y cuando vuelves a comprar ya los bolívares no valen nada porque la inflación se comió eso”.

Enfatizó “muchas veces no ha tocado pagar la mercancía en dólares a proveedores, porque las empresas te dicen que no quieren bolívares, tenemos que parir las divisas para poder cubrir una factura.

Finalizó “en gastos operacionales que incluyen nomina, alquiler e impuestos se gastan unos Bs. 1.500.000, a veces no tenemos el dinero completo por las bajas ventas, por lo que tenemos que resolver como podamos”./IM/rp / Fotógrafo: Ángel Pérez