La Marina brasileña hundió este viernes el portaaviones “Sao Paulo” en sus aguas territoriales del océano Atlántico debido a que cargaba desechos tóxicos tras permanecer cinco meses sin rumbo fijo luego de que ningún puerto aceptara su atraco.
El ente suramericano señaló a través de un comunicado que “el procedimiento fue dirigido con la competencia técnica y la seguridad necesaria para evitar perjuicios de orden logístico, operacional, ambiental y económico al Estado brasileño”.
El hundimiento de la embarcación vendida como chatarra en 2022 fue ejecutado a 350 kilómetros del litoral brasileño en una zona con una profundidad aproximada de 5.000 metros tras ser autorizado por la Justicia federal.