En las tardes se acostumbraba a comer un pepito, un chocolate, caramelos o cualquier otra golosina para amortiguar, pero con los precios tan elevados, esto quedó en el pasado.

Un tostón supera los Bs. 1.200, lo que iguala un día de trabajo, el chocolate más pequeño sobrepasa los Bs. 1.700, y los pepitos más económicos se encuentran entre Bs. 500 y 900.

“Los niños son los que más pasan trabajo con estos precios, tratamos en la medida de lo posible de comprarles alguna golosina para que no se queden con las ganas, pero nosotros no recordamos el sabor de ningún dulce”, preciso Carmen Toro.

Mencionó que en horas de la tarde, se compraba al menos un café, pero cuando se enteró de que el más pequeño cuesta Bs. 200, dejó de tomarlo. “Poco a poco nos están quitando las ganas de comernos algo”./RR/ac