Abundantes son las denuncias sobre una nueva oleada de robos en la calle Páez de Los Teques, las principales víctimas son los estudiantes de los planteles privados de la zona, quienes caminan al mediodía para regresar a sus casas.

Según pudo conocer el equipo de Avance, los posibles delincuentes son otro grupo de liceístas, que en su gran mayoría son de camisa beige. Estos portan cuchillos, chuzos y otras armas blancas, con las cuales despojan a los demás estudiantes de sus pertenencias.

Estos se desplazan en grandes grupos y sus víctimas favoritas son aquellos estudiantes que caminan solos, específicamente las mujeres, a quienes amenazan con cortar si no les entregan todo lo que carguen encima.

Una vez cometen la fechoría, ante la atónita mirada de transeúntes y comerciantes, estas “joyitas” se dispersan y se reúnen un poco más adelante, para repartirse el botín con más calma.

Estos hechos delictivos ocurren con mayor frecuencia durante las horas pico, aunque a partir de las 10:00 am, ya están dando vueltas por el lugar para ver a quién cazan.

Padres y representantes manifiestan sentirse inquietos ante esta situación, por lo que muchos han decidido mandar a sus hijos a clases sin sus teléfonos celulares, aunque igual los despojan hasta de sus bolsos y útiles.

Participan motorizados

También hay quienes aseguran que existe un grupo de motorizados que apoya a los liceístas en sus fechorías, muchos de estos están armados. El trabajo de estos consiste en observar cuales jovencitos tienen objetos de valor para después pasarle el dato a los delincuentes, aunque en algunas ocasiones son estos mismos quienes cometen los delitos.

Recomendaciones

Resulta de suma importancia que los representantes estén atentos a los horarios de los chamos, deben procurar no mandarlos a clases con objetos de valor que los conviertan en una potencial víctima de los delincuentes.

En el caso de que los estudiantes deban irse solos hasta sus hogares, es recomendable que salgan en grupos grandes de los planteles y que se mantengan juntos, por lo menos mientras se camina la peligrosa calle./lb/Foto: Gustavo Ramírez/