Periodismo de Soluciones

Delvalle Canelón sigue moviendo la mata

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Mantiene un programa radial junto a César Becerra.

Desde hace más de una década la imagen de la periodista Delvalle Canelón ha estado identificada con Globovisión. A través de la señal del canal de noticias, la joven que llegó de un pueblito del estado Monagas, “que nadie conoce”, ha madurado en su quehacer profesional, adquiriendo herramientas como reportera que la han llevado a ser ancla de varios espacios informativos.

Después de patear la calle, llegó al estudio para estar al frente de “Aló Venezuela”. Sin embargo, los cambios ocurridos en la televisora la colocaron ante un nuevo compromiso: “Reporte estelar”, programa de media hora que va de lunes a viernes a las 8:30pm, desde julio de este año. En él, la comunicadora, junto al equipo de producción, expone las distintas visiones que hay sobre un tema de actualidad.

-¿En qué momento profesional sientes que estás?

-¡Guao!, la verdad es que no me lo había planteado… Como profesional, siento que he crecido muchísimo, que estoy mucho más preparada, que he aprendido bastante, pero eso no puede estar desligado de la situación país. Y en ese sentido me preocupa que hay mucha censura, mucho miedo en los dueños de medios, aunque para mí lo más alarmante es la autocensura. Creo que quienes tienen más experiencia no están orientando a quienes comienzan, en cuanto a qué reclamar y cómo hacerlo para no perder los espacios que aún quedan. Muchos jóvenes se me acercan y ven algunas situaciones como si fueran normales, cuando no es así y eso lo sabemos quienes hemos vivido diferentes etapas dentro de los medios. Hay una responsabilidad moral, incluso más que profesional, en cuanto a orientar a las nuevas generaciones, para que se mantenga la esencia del periodismo.

-¿Cuál es la fórmula para sobrevivir a las tormentas?

-Quizás no es la confrontación directa, sino escuchar lo que te dicen y ver cómo te cuelas. Pensar, no solamente en uno, sino en la responsabilidad que tenemos con el pueblo. Yo respeto las decisiones que han tomado cada uno de mis colegas, aunque con algunas no he estado de acuerdo, pero nunca, nunca, voy a decirlo públicamente. Recuerdo que en un evento internacional pude compartir con la bloguera Yoani Sánchez y me dijo que los venezolanos sólo estamos viviendo el principio, porque en Cuba la gente que tenía los medios para decir algo se fue. Y que ojalá en la isla tuvieran 30 segundos o cinco líneas en los medios, para decir las cosas que están funcionando mal, porque la idea no es oponerse a un gobierno, sino exponer lo que está sucediendo para que se apliquen los correctivos. Y mientras yo lo pueda hacer, mientras tenga una ventanita, seguiré en la lucha. Entiendo que cada persona es diferente y que ir en contra de la corriente resulta agotador, porque tenemos familia, amigos, circunstancias y la gente juzga de una manera muy fácil.

-¿Extrañas “Aló Venezuela”?

-Pues sí. Fue un proyecto de tres meses que duró siete años. Me dejó y me enseñó mucho. Compartir con el diputado Ismael García, un personaje muy controversial, me permitió conocerlo como persona y apreciarlo como un compañero muy respetuoso y, ojo, yo no soy fácil. Pero también es cierto que ya estaba cansada de trabajar los fines de semana, quería espacio para mí y para mi familia, porque uno se pierde muchos momentos que son irrecuperables. Yo he dejado mucho en la profesión, aunque el día que no esté conforme, me retiro. No me gusta estar en un sitio y criticar, criticar, criticar. O lo dices o lo confrontas o te vas. En cuanto a “Aló Venezuela”, me encanta que se mantenga, aunque yo le apostaría a tener anclas fijos y a que se recupere el espacio que tenían las comunidades, que era una especie de alerta social.

-¿Qué ha significado “Reporte estelar”?

-Otro concepto. Pasé de un programa de tres horas a uno de media hora, aunque semanalmente sean dos horas y media. Pero básicamente sigo haciendo periodismo. Todavía no me han dicho: “Este tema no va o este invitado no va”. El día que suceda veré qué decisión tomo. Sigo diciéndole al país las cosas que necesita ver. Por ejemplo, el programa del viernes fue sobre el inventario para Navidad. Y expusimos el miedo de algunos empresarios ante la posibilidad de que se repita lo mismo que el año pasado, lo que opina la gente sobre el tema. Yo no estoy inventando nada ni la producción está inventando nada ni Globovisión está inventando nada. Pero eso es el periodismo tiene que resultar incómodo, porque se trata de moverle la mata a alguien, para que vea que hay otra visión.

-¿Qué te enseñó el reporterismo?

-¡Todo! Me encanta reportear, me encanta la calle, el contacto con la gente, lo que te enteras, lo que transmites y lo que no transmites, que muchas veces resulta más importante, porque te permite contrastar y sacar conclusiones sobre por qué se produce una decisión o por qué alguien actúa de determinada manera. La calle te enseña a tener los ojos abiertos y te permite el contacto con colegas mayores de quienes aprendes, por ejemplo, a cómo formular una pregunta que no sea confrontacional, que no agreda, porque perderías el objetivo que es obtener una respuesta del entrevistado.

EN CHOLITAS

Además de su compromiso diario en la pequeña pantalla, Delvalle lleva las riendas del programa radial “De todo un poco” junto a César Becerra. El espacio transmitido a las 6am forma parte de la parrilla de Play 95.5 FM.

-¿Qué te aporta el trabajo en la radio?

-La radio es diferente. Para empezar, ¡no vas maquillada! Eso es divino. Puedes estar en cholitas, sin preocuparte si se te ve un cauchito… Es más libre. Y te mantiene muy activo en cuanto a la profesión. César en un lado y yo en otro. En mi caso, que el programa va a las 6 am, desde muy temprano estoy al tanto de por dónde va la información del día.

UN CLIC

Otra actividad que ocupa buena parte de la agenda de Canelón está relacionada con el Colegio Nacional de Periodistas, ya que desde 2012 se desempeña como secretaria general de la institución, al lado de Tinedo Guía y Nikary González. El período está por vencerse.

-¿Cómo asumes la actividad gremial?

-Mi compromiso con el gremio es permanente. Es el trabajo que no se ve. La gente dice que no hacemos nada, pero es muy difícil trabajar con tantas circunstancias adversas. Y no se trata de estar todo el día declarando. Los periodistas servimos para criticar, pero no aportamos. Todos los días recibo denuncias, peticiones de operaciones o de tratamientos para hijos y ese es el trabajo que no se ve, ni uno anda diciendo. Tendemos puentes para solucionar problemas, asistimos con los denunciantes a la Fiscalía o solicitamos asistencia legal a Espacio Público. Hay muchas cosas que se pueden hacer. La actividad gremial me ha enseñado mucho. ¿Si voy a seguir? No lo sé. Es mucha responsabilidad.

-¿Alguna vez te has arrepentido de ser periodista?

-¡Nooo! ¡Nunca! Al principio, yo quería estudiar Medicina, pero no sé en qué momento hubo ese clic que me hizo cambiar, he tratado de recordar el momento y no lo he podido… Todos los días le doy gracias a Dios por permitirme aportar lo que puedo… al país y al gremio.

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