El hurto de comida habría generado la salida del funcionario

CARMEN TERÁN

A través de fuentes extraoficiales se conoció la destitución del cargo del director del Hospital Victorino Santaella, Luis García, que lo venía desempeñando desde hace siete meses, presuntamente por irregularidades.

La fuente asegura que la salida obedeció a la supuesta ola de hurtos de alimentos en las que estarían involucrados colaboradores del funcionario, como sucedió el 14 de febrero cuando cuatro trabajadores, que se desempeñaban como personal adjunto al director, fueron detenidos por funcionarios del Comando Desur-Los Teques, adscritos a la Zona 44 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) al ser sorprendidos sacando del nosocomio alimentos destinados a los pacientes.

Sin embargo después de ese procedimiento que hizo la GNB a escasos días a los empleados implicados los liberaron.

Se conoció que gracias a las denuncias formuladas por los trabajadores del HVS se capturaron dos mujeres y dos hombres presuntamente implicados en el hurto masivo de alimentos que envía el Ejecutivo Nacional y Regional destinados a los recluidos en el referido centro de salud.

“No teníamos nada que darles de comer a los pacientes porque esta gente, personal de confianza de la máxima autoridad de este hospital, se llevaban todos los alimentos para revenderlos seguramente”, dijo una de las enfermeras.

Indicó que para ese entonces la GNB estaba tras la pista de otros trabajadores que también pertenecen a esta banda que opera dentro del hospital.

Del procedimiento conoce el caso la Fiscalía 25 anticorrupción del Estado Miranda.

Aseguran que las irregularidades se siguen presentando porque actualmente los familiares de los pacientes tienen que traerles la comida y el agua que van a consumir, incluyendo si les piden medicamentos tienen que traerlos.

Continuaron los robos

En el mismo mes de febrero agarraron con las manos en la masa, a dos trabajadores del hospital Victorino Santaella cuando trataban de hurtar comida e implementos médicos, el caso fue denunciado ante la Fiscalía.

El primero corresponde a un camillero que intentó llevarse más de 30 soluciones en un maletín rosado, mientras que el segundo se trata de una enfermera que se proponía sacar de la cocina un pedazo generoso de queso, el cual pretendía revender en Bs. 3.000. Ambos hurtos fueron frustrados por el personal de seguridad interna del centro de salud.