La esperanza que tenía Estados Unidos de anunciar la apertura de una Embajada en Cuba cuando los presidentes Barack Obama y Raúl Castro se reunieran en la VII Cumbre de las Américas esta semana se ha disipado.
Cuba aún aparece en una lista oficial estadounidense como estado que patrocina el terrorismo y porque ambos países están discutiendo la libertad que tendrían los diplomáticos estadounidenses en la isla para viajar y hablar con el cubano del común sin ningún tipo de restricciones, dijeron funcionarios.
Esta VII Cumbre servirá de escenario del primer encuentro cara a cara entre los mandatarios, que anunciaron el pasado 17 de diciembre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países después de medio siglo de hostilidades.
El gobierno de Obama quería que las embajadas reabrieran antes de que la cumbre iniciara en ciudad de Panamá, el viernes, y así, impulsar una nueva estrategia diplomática motivada, en parte, por la sensación de que aislar a Cuba causaba fricciones con otros países de la región.
Si hubiesen llegado a la cumbre con el acuerdo, bajo la manga, de reabrir las embajadas de Washington y La Habana, se habría creado un ambiente de buena voluntad hacia Estados Unidos, especialmente después de que el país sancionara a varios funcionarios venezolanos el mes pasado, lo que provocó protestas entre los países con gobiernos de izquierda del hemisferio.
Negociadores de ambos gobiernos dijeron estar seguros de que llegarán a un acuerdo para reabrir las embajadas en las próximas semanas, pero no necesariamente antes de la cumbre.
“No nos queda mucho tiempo, vamos a ponerlo así”, dijo Marie Harf, portavoz del Departamento de Estado, en una conferencia de prensa el viernes cuando se le preguntó si un acuerdo sobre la apertura de las embajadas era probable antes de la cumbre.