Medio millón de personas se manifestaron este viernes 18-O en Barcelona, durante una huelga general convocada por los separatistas catalanes en la quinta jornada de protestas contra las pesadas penas de cárcel impuestas a sus líderes, salpicada por nuevos episodios violentos.
Escenario de los disturbios de la víspera, el lujoso paseo de Gracia quedó inundado por una marea amarilla, roja y azul, los colores de la bandera independentista. Según la policía municipal, la marcha reunió a 525.000 personas.
El ambiente festivo contrastaba con otra protesta con cientos de jóvenes a pocas calles, donde se quemaron barricadas provocando visibles columnas de humo y lanzaron objetos contra el cordón que custodiaba la comisaría central de la Policía Nacional.
Reseñó el diario Panorama que los agentes usaron pelotas de goma y gases lacrimógenos y detuvieron cuatro manifestantes, todos menores, señaló un portavoz policial. Los servicios médicos informaron de 25 asistencias sanitarias en Barcelona. La ciudad se llenó este viernes de independentistas.