Victoria ha tenido un brillante desempeño como atleta.
Con tan solo 16 años de edad, doce de ellos dedicados al arte marcial del karate, Victoria Ávila ha demostrado que no existen límites cuando de demostrar talento, disciplina y excelencia se trata. Premiaciones nacionales e internacionales, una importante cantidad de amigos, así como el orgullo de sus padres hacen parte de la invaluable producción que esta joven promesa deportiva posee.
“Soy carrizaleña, aunque nací en Baruta, pero mi crianza completita fue en Montañalta. Desde preescolar estudio en el colegio Santa María, acabo de culminar de manera satisfactoria el cuarto año de bachillerato. Estoy enamorada del karate desde que tenía 4 añitos, mi hermano Daniel, practicaba este deporte y a mí me impresionaba todo lo que él hacía al respecto, así que quise seguir sus pasos; él se convirtió en mi inspiración”.
Vicky, relató que en su colegio dictaban clases de karate, así que pidió a sus padres que la inscribieran. Desde ese entonces y hasta la fecha entrena de la mano de la Shihan María Elena Quiñones. A partir de los seis años comenzó a asistir al Dojo Líbano Venezolano ubicado en Prados del Este, “la sensei, al observar mi desempeño, quiso chequearme por el estado Miranda para competir en los campeonatos nacionales infantiles”, para ello contó siempre con el apoyo de sus padres Benito Ávila y Marian Suárez.
“Un año más tarde me presenté a la primera competencia en la modalidad de Katá, donde en 2008 y 2009 me hice de las preseas de plata en Mérida y Carabobo respectivamente, representando con orgullo a mi estado. Tras cumplir doce años y pasar a la etapa juvenil, competí en los nacionales para la modalidad Kumité donde gané medalla de plata; lo que me dio pase directo a la selección nacional, viajé a Nicaragua y me traje la de bronce”.
Con mucha disciplina y pasión, esa que siempre ha puesto de manifiesto en los tatami, fue creciendo poco a poco a nivel deportivo, logrando con ello un muy alto desempeño. “Estuve en el campeonato centro oriental y gané bronce en Katá, después fui a Brasil al campeonato suramericano donde obtuve medalla de bronce en Kumité. Posterior a eso vino la Copa Internacional Simón Bolívar 2013, gané plata en formas y bronce en combate; para cerrar ese año participé en el Campeonato Panamericano Juvenil, realizado en Colombia, de donde me traje una medalla de bronce”.
Sed insaciable
Para 2014 el panorama cambió, porque según explicó, el campeonato nacional no se pudo a efectuar a principios de año como siempre se estilaba; así que le tocó viajar directo al centroamericano del Caribe donde se adjudicó medalla de bronce en Katá y quedó campeona centroamericana en el evento que se realizó en México. Posterior a eso estuvo en el campeonato centro oriental y se trajo dos preseas de oro.
“En el campeonato suramericano en Bolivia no pudimos estar presentes, por temas de logística y ausencia de apoyo, así que la selección no pudo viajar y eso representó un duro golpe para todos nosotros; pienso que deberían fomentar más el deporte porque en este país es mucho el potencial que tenemos en todas las especialidades. Para la copa Internacional Simón Bolívar 2014, hice medalla de bronce. En 2015 experimenté una serie de cambios que no me permitieron posicionarme en el podio como venía acostumbrada, pero eso lejos de apaciguarme me impulsó a hacer las cosas mucho mejor”.
Con toda la intención de volver a brillar con luz propia, inyectó mucha más pasión, disciplina y compromiso a sus practicas; para 2016 en el campeonato centro oriental volvió a titularse campeona en Maturín. Con ese precedente fue convocada a los panamericanos en Ecuador, al que lamentablemente no pudo asistir.
En mayo 2017, mantuvo su medalla de oro, mientras que para principios de junio clasificó para representar al estado Mirando en los juegos nacionales juveniles que se llevarán a cabo en el estado Lara durante el mes de agosto, entretanto que para octubre de este año participará nuevamente en la Copa Internacional Simón Bolívar representando a la UNKS, Unión Nacional de Karate-Do Shito Ryu, organización a la que pertenece.
Madurez a flor de piel
“Todo lo que soy y lo que he logrado se lo debo a mis Shihans María Elena Quiñones, su esposo Luis Eduardo Marques y su hija María Fernanda, así como también a mis padres y a mi hermano que me han brindado su apoyo incondicional, han hecho muchos sacrificios para que yo llegue hasta donde estoy y eso lo valoro inmensamente. Mis profesores no solo forman atletas sino que forjan en cada uno de nosotros a mejores personas, colmadas de importantes valores humanos que nos ayudan a crecer y madurar emocionalmente como lo son el respeto y la perseverancia, en este dojo encontramos una gran familia. Sueño con representar a mi país en las olimpiadas Tokio 2020”.
En la actualidad, Vicky es 1er Dan, fuera del plano de este arte marcial, aspira estudiar en la UCV e incursionar en carreras como Psicología o Estudios Internacionales; aseguró que es de suma importancia dedicarse a algún deporte porque eso abre muchas puertas a la hora de iniciar en una universidad.
Asimismo aseveró que el hecho de recorrer toda Venezuela y varios países como Nicaragua, Brasil, Colombia, México y Perú hacen parte de las grandes satisfacciones que ha obtenido, “no hay nada más bonito que se te erice la piel al escuchar las notas de nuestro himno nacional fuera de acá, portando tú la chaqueta con el tricolor venezolano”. A ello le sumó el nutrido grupo de amistades que ha podido cultivar dentro y fuera de nuestras fronteras.
“Soy muy feliz practicando karate, es como mi propio oasis; pienso que la sociedad de hoy debe dejar a un lado el tonto mito de que es un deporte solo para chicos, pues las chicas también damos la talla y no por ello perdemos nuestra feminidad; por el contrario nos mantenemos siempre muy femeninas y arregladitas hasta para las competencias”.
“Lo que de verdad importa de esto es hacerlo con mucha dedicación y convicción, atrás quedó la loca idea de que se trata solo dar patadas o que es una practica meramente agresiva, aquí nos formamos con disciplina, además es importante que las mujeres sepamos de algún arte marcial por nuestra propia seguridad y crecimiento personal, es un deporte muy completo”.
Redacción: MARIBEL SÁNCHEZ