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Frida Kahlo se reinventa en el Microteatro

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Periodistas de Avance

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José Jesús González, dramaturgo y director venezolano,trae a escena su propuesta dramática, acerca del único cuadro que vendiese en vida Frida Kahlo: “Las dos Fridas”, logrando un resultado balanceado, enérgico y conmovedor.

En esta entrega mis valoraciones críticas a profundidad, reposan en un texto fraguado a partir de lo escrito por un servidor en plena función, contrastado con las opiniones del dramaturgo y director José Jesús Gonzáles y las actrices Anabel Lobo y Yarmila Guaramato, quienes encarnan el ego y el alter-ego de Frida Kahlo.

Se logra en tan sólo quince minutos sintetizar los aspectos mas relevantes de la vida y obra de Frida Kahlo, despertando en el público, el deseo de indagar acerca de este vital personaje latinoamericano.

El acertado valor de la propuesta escénica radica no precisamente en ser en extremo profundo en cuanto a la biografía de Frida, sino adentrar al espectador a una lectura plástica , un paseo memo-técnico a través del hilo conductor del trabajo de actor.

En el cual el espíritu de Frida Kahlo toma la escena, llenándola de recuerdos, anécdotas y el reconocimiento de los pasajes de su vida.

Con la observancia de una puesta rica en contenidos semióticos, que nos envuelve en una percepción pictórica sin precedentes, concebida para un formato de teatro breve, en 15 minutos. Generando la sensación en el espectador que conozca o ame a Frida, que se le rinde un homenaje y aquel que no la conozca aún, desea profundizar en su historia.

En este testimonio escénico, el ego y el alter ego se nos presentan como catapulta del arsenal interpretativo de las actrices, que crecen en la escena con el signo de una avalancha de gestos, transiciones, desplazamientos escénicos e ímpetu que se traduce en vértigo.

Anabel Lobo y Yarmila Guaramato, comprometen al espectador con su nivel energético, por momentos en alternancia, lo cual puede acercarle a concluir al público, que estamos en presencia de un desnivel interpretativo, sin embargo pronto comprendemos que al profundizar en el trabajo de Yarmila Guaramato, identificamos que representa a la Frida Kahlo histórica, costumbrista, portadora de una personalidad mexicana reservada, de herencia indígena.

La cual se contrapone a la otra Frida, la llevada a cabo por Anabel Lobo, quien representa a la muerte, al arrojo, su personalidad helénica, la que se alzó con la revolución como memoria, la altanera, controversial, bisexual y visionaria.

Es allí cuando el público comprueba que el trabajo de dirección fue meticuloso, una filigrana de demarcaciones interpretativas, manejo de la libertad del talento de las intérpretes. Alcanzando equilibrio en el exponer cada actriz sus aportes interpretativos, según el temperamento escénico y entrega en esta función. Si alguna fisura es observada, al ser captada por el ojo del espectador acucioso, se comprende, porque la entrega emotiva y orgánica es eco en cada uno de los roles interpretados.

Fuente: http://www.noticias24.com/

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