A través de la música busca generar cambios en la sociedad
Giovanni Salas es un hombre que lleva en sus venas el arte de ilustrar, construir instrumentos, producir música y tocar percusión.
Desde muy joven ha abogado por la cultura, y considera que es una herramienta necesaria para generar cambios dentro de la realidad que lo rodea.
Se formó como educador y cuenta con un posgrado en Planificación y Evaluación, aunque esos conocimientos los ha aplicado más que todo en el cosmos sonoro, porque ha sido su profesión desde muy chiquito.
Es el segundo de seis hijos, algunos músicos y otros no. “Mis padres nunca estuvieron involucrados con esta disciplina, pero siempre nos apoyaron. No sé de dónde saqué esa vena artística, pero he podido vivir de eso y mantener a mi familia”.
Tiene 35 años de trayectoria. Empezó este periplo cuando tan solo tenía 15 años; no obstante, ya desde pequeño mostraba atracción por los instrumentos de percusión.
“En tercer grado tenía unos tambores de latas de leche. Luego estudié en la Orquesta Sinfónica Juvenil núcleo Los Teques, dentro de la Fundación Bigott y el núcleo San Agustín”.
Se especializa en percusión afrovenezolana, afrolatina, música clásica, árabe y brasileña. También tiene un estudio en El Cabotaje donde hace el trabajo de composición y producción.
Música en los barrios
Salas es un filántropo innato, que ha decidido llevar la música a los barrios. Trabaja en distintas comunidades de la capital, como Santa Eulalia, El Cabotaje, La Matica, Barrio Ayacucho, entre otras.
A su juicio, “un niño que tenga la mente en una actividad musical es una bala menos para la calle. Los padres deben velar por el futuro de sus hijos, preguntarse qué quieren que sean. Además, deben apoyarlo en cada una de las cosas que quieran hacer. Educar al niño hoy para no castigar al hombre de mañana”.
Explica que las clases no tienen ningún tipo de costo y les proporciona los instrumentos a los alumnos. “Lo hago ad honorem. Todo es recíproco y el universo te lo retribuye; a mí me lo recompensa en felicidad, salud y bastantes conocidos”.
Esto le permite sentir una satisfacción porque ve germinar la semilla del aprendizaje en cada uno de sus estudiantes, y eso lo llena de un orgullo que no se compara con nada.
Por otra parte, se dedica a apoyar a distintas agrupaciones de salsa y samba, a la Alcaldía de Guaicaipuro, a Silvio Mencias en el Parque Cultural Villa Teola y ha tenido la dicha de viajar a otros países a representar a Venezuela dentro de festivales y conversatorios.
“No hay nada como Venezuela, aquí hay muchas oportunidades. Yo he podido vivir de lo que amo”.
Premios
A lo largo de su vasta experiencia, se ha hecho acreedor de varios distintivos que respaldan su trabajo. Fue premiado por la Vicente Emilio Sojo y obtuvo un reconocimiento especial cuando la agrupación Cafunga fue nombrada Patrimonio Cultural de Miranda.
Además, fue designado como Maestro del Pueblo por parte de la Universidad Simón Rodríguez, por su influencia dentro de la cultura y por instruir a las futuras generaciones.
Producción
Su formación como productor la obtuvo hace aproximadamente 15 años en el Conac. “Ellos hicieron un convenio con varias naciones. La idea era formarnos y que cada una de las producciones que salieran sonaran en otras regiones del país. Los estudios duraron un poco de más de dos años”.
Pronto sacará su álbum debut, que incluye 10 canciones, de las cuales tres son de su autoría y las otras son adaptaciones en las que trabaja con un trío. “Tenemos cerca de ocho meses en los preparativos, y lo estrenaremos en unos cuatro meses. Lleva por nombre Tremenda jugada”
Influencia sonora
Una de las artistas que mayor incidencia ha tenido en él como interprete es La Lupe, cantautora cubana que se desenvolvía en el bolero y la salsa.
Contó con éxitos como: “Oriente”, “Si vuelve tú”, “La virgen lloraba”, “El amo”, entre otros. “La he tenido como referencia en la parte musical”
No obstante, ha desarrollado un estilo propio y ha aprendido a tocar distintos géneros musicales, pues para él es imperante ser un artista integral y versátil.
Luthier por pasión
Otra de sus pasiones es construir instrumentos de percusión, que no los hace para la comercialización, y no tienen nada que envidiarles a los que se realizan con ese objetivo.
“Están muy bien elaborados, soy muy perfeccionista. Utilizo láminas de acero inoxidable, platinas de hierro y alambrón liso. Tardo una semana en su fabricación”.
Actualmente, le propuso un proyecto a Ciencia y Tecnología, con el que pretende construir instrumentos para que sean donados a las escuelas.
Por otra parte, está creando un método para que sus alumnos aprendan a tocar percusión. “Ahorita hay otras cosas a las que les estoy dando prioridad”./YP/ac/Foto: William Sánchez/