“Me están matando en vida. Como si no es suficiente con el mal momento que estoy pasando con mi hijo, ahora me dan otro duro golpe, intentándome quitar mi local”.
Así se expresó una adjudicataria del Mercado Plaza Los Teques, madre del niño de nueve años, quien fuera víctima de abuso sexual por parte de tres adoescentes, hecho ocurrido en el último piso de esas instalaciones a mediados del mes de julio.
Expresó su sorpresa por la notificación que le llegó a su puesto identicado con el número 118, ubicado en el nivel La Hoyada, en la cual le avisan que debe presentarse a la Comisión Multidisciplinaria para que exponga sus alegatos y asuma el derecho a la defensa, pues sobre su cubículo existe un procedimiento de ejecución, de acuerdo a los artículos 3, 23 y 24, del Reglamento de Convivencia y Funcionamiento del Mercado de Econonía Popular.
La que más le causa ruido a la mujer, son los dos últimos artículos que citan en la comunicación. Ambos hacen referencia a la prohibición del ingreso, consumo y tráfico de sustancias estupefancintes y psicotrópicas. Así como el impedimento del ingreso de armas de fuergo y blancas en la edificación.
Confesó que esos argumentos señalados por la coordinación la hacen ver como una delincuente o una persona que actúa al margen de la ley, “cuando soy una ciudadana de bien, honesta y trabajadora”.
Dijo que tampoco la pueden acusar de que abandonó el local donde vende bisutería, porque siempre lo ha mantenido abierto.
Aunque reconoció que desde el caso de su chamito, abre de raticos, porque se ha dedicado a hacer las diligencias ante el Cicpc, otros cuerpos policiales, la Fiscalía, Consejo Municipal de Derechos del Niño, Niña y Adolescente, tribunal de menores, “porque no quiero que el caso de mi pequeño quede impune”.
Subrayó que la pretensión de despojarla de su puesto, no es más que una retaliación de las autoridades del centro, por ser valiente y denunciar ante los entes competentes y el diario Avance, el delito que cometieron contra el niño.
“Ellos no querían que todo este escándalo saliera a la luz pública. Les convenía mi silencio, por eso me persiguen”.
Acusó a la coordinadora Odalis Méndez, de entorpecer la averiguación. “Cuando ocurrió el hecho se mostró dispuesta a colaborarme y ayudarme, pero después se valió de triquiñuelas para evitar que en Poliguaicaipuro yo reconociera a los tres menores agresores”.
Teme quedarse en el aire, porque si le arrebatan el espacio, no tiene cómo llevar el sustento diario al hogar. Sostuvo que es una madre soltera que no tiene ayuda de nadie.
“Nadie se imagina el daño psicológico que le han causado no sólo a mi chamo si no a mi con todo esta tragedia”.
Se trasladó a la Cámara de Guaicaipuro donde fue atendida por el presidente Oswaldo Rojas y el edil José “Panchito” Avilán quienes prometieron sumarse a la investigación./RP
El caso del niño abusado sexualmente en el Plaza pica y se extiende
Foto: Antonio González
