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José Quintero: Contentando corazones con pabellones y mondongos

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Heredó el instinto para la venta de comida de su padre

José Alberto Quintero supone uno de los grandes ejemplos de persistencia y esperanza en el país, pues con su honrado negocio de almuerzos, la Lunchería Restaurante de Camoens, ha sabido salir adelante al encantar el paladar de cientos de tequeños en más de quince años. El entrevistado comentó que desciende de raíces portuguesas por su madre, y andinas por su padre, a quien originalmente, le perteneció el negocio y que rigió durante mucho tiempo por su amplia experiencia en la venta de comidas variadas.

Este negocio originalmente surgió en el año de 1978, época en la que José, que contaba con 14 o 15 años de edad, se dio a respetar como la mano derecha de su padre realizando todo tipo de tareas manuales, tales como lavar, cocinar, atender a los clientes e incluso se encargaba del mantenimiento del espacio.

Adquirió experiencia trabajando con Nestlé

En algún punto, José decidió que era momento de comenzar a producir ingresos independientemente de lo que había construido su padre, por lo que se dio un paseo laboral por algunas panaderías de Los Teques, entre las que mencionó La Dinastía, detrás del Bulevar Lamas, y Cecipan, en San Pedro, en las que dedicó sangre, sudor y lágrimas por cinco años, para luego trabajar con Nestlé y vender todo tipo de confitería durante casi una década.

Esta experiencia en la prestigiosa compañía, le permitiría especializarse en el área de las ventas, de manera que, en su búsqueda por seguir mejorando su salario, eligió invertir y debutar en un comercio donde tuviera el completo control, aprovechando su formación en el área de las ventas. De manera que, en el año 2002, el hijo pródigo regresó a la Calle Guaicaipuro, sector el Pueblo, donde se ubicaba el negocio de su padre, con quien estableció un acuerdo beneficioso para convertirse en dueño del espacio.

Habiéndose pulido en la atención al cliente, explicó que estos fueron atraídos por la comida criolla que servía en el restaurante, incluyendo el popular pabellón, mondongo, hervidos y carne guisada. Platillos que encantaron a muchos tanto como el carisma de José hacia sus comensales, ya que las divertidas bromas que suelta de vez en cuando, y la camaradería hacia ellos, son un gran atractivo para regresar por más de sus comidas.

El entrevistado enfatizó que empezar de cero este negocio fue muy complicado, ya que atravesó por diferentes adversidades como la escasez de productos y los altos costos, que a fecha de hoy sigue buscando todos los caminos posibles para superarlos y mantenerse a flote.

Renovando siempre el delicioso menú

José señaló que, debido a los diferentes cambios económicos que han surgido con el paso de los años, así como la frecuencia y variedad de mercancía, ha buscado siempre una evolución del menú, ya que además de los platillos antes mencionados y las populares empanadas, poco a poco fueron añadiendo otras opciones, como pescado, pollo gratinado, y hasta hamburguesas, mientras que en el área de los postres, agregaron muy ricos golfeados y quesillos.

También mencionó que durante un tiempo, los clientes volvían contentos por sabrosas arepas, las cuales tuvieron que eliminar del menú por lo costoso que resultaba la harina. José resaltó que ante todo, le importa la satisfacción del cliente, no solo a nivel de la comida, sino en la parte económica, ya que su intención es establecer precios con los que puedan salir ganando tanto sus comensales, como el propio negocio.

Además, declaró que por medio de diferentes alianzas entre comerciantes, ha logrado seguir subsistiendo al momento de obtener los rubros, pero reconocía que sigue presentando una gran dificultad. Tal es el caso de las bolsas de azúcar, que están principalmente destinadas a los ricos jugos naturales, con sabores a mango, parchita y otros.

Sus hijos se preparan para dirigir el negocio

La humildad es otra de las grandes características de nuestra persona valiosa, ya que destacó el incondicional apoyo de su esposa Irene, quien ha estado a su lado para cimentar las columnas del restaurante, así como para asistir en todas las exigencias del mismo.

Igualmente, apuntó que desde hace dos años, se encuentra entrenando a sus hijos, Fátima y Emmanuel, no solo para que colaboren a que el negocio prospere, sino para que se encarguen de todo cuando él o su madre no estén cerca. De manera que, cuando llegue el momento indicado, ellos puedan heredar el negocio y tomar las riendas de este. También resaltó el incansable esfuerzo de sus empleados actuales, que lo han acompañado desde el mismo tiempo que sus muchachos.

Cuando se le preguntó sobre si tenía algún negocio rival, consideró que esto siempre ha sucedido entre restaurantes y locales, y no se preocupaba por quién podía ser mejor o peor, pues en su opinión, “tener un poco de competencia siempre es sano”.

José indicó que La Lunchería Restaurant de Camoena está abierta para todos sus comensales de lunes a viernes y ocasionalmente los sábados, mientras que las puertas se cierran durante los domingos y días feriados. Sintiendo que con la labor que desempeña, contribuye humildemente a que el municipio y el país sigan adelante.

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