La atención tardía puede provocar daños oculares y renales graves

ELIZABETH FLEURINE

La hipertensión arterial es una de las enfermedades crónicas más frecuentes que afecta a un tercio de la población adulta y actualmente a personas cada vez más jóvenes, la cual puede desencadenar complicaciones graves como infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca o ictus.

El médico general Pedro Arreacha, señaló que esta enfermedad se caracteriza por no presentar síntomas claros o ninguno, por ello muchas personas tardan años en saber que padecen de hipertensión.

“Esta patología se produce por el aumento de presión que ejerce la sangre sobre las arterias de forma sostenida, es decir mientras más alta es la tensión el corazón debe realizar un esfuerzo mayor para poder bombear sangre”.

Explicó que debido a que no produce síntomas por mucho tiempo, quienes la padecen tardan en ser diagnósticos y en recibir tratamiento, lo que conlleva a que muchos sufran accidentes cerebrovasculares, infarto de corazón, daños oculares y daños renales graves.

“La única y la mejor forma para diagnosticar la hipertensión es a través de la medición y en algunos casos con un holter de presión arterial, para tener la confirmación del diagnóstico, ya que la misma no produce síntomas y puede pasar inadvertida”.

Señaló que en el pasado era más común en personas mayores de 40, sin embargo, actualmente también ha comenzado a afectar a jóvenes e incluso adolescentes.

Asimismo, agregó que la herencia, la obesidad, la ingesta excesiva de sal, alcohol, el sedentarismo, algunos fármacos y el sexo masculino son algunos de los factores que la predisponen y que están presentes en la mayoría de los hipertensos, por ello, aunque no se puede curar, si se puede tratar con medicación y prevenir reduciendo el consumo de sal, alcohol, tabaco, cambiando los hábitos alimenticios y bajar de peso. EF/ct Foto: Yuliettsha Molina