La historia del cajero bancario que levantó con esfuerzo a sus cinco hijos
KARINÉS SABINO
La labor de un padre nunca deja de existir, siempre está presente en cada momento de la vida de los hijos y eso lo sabe perfectamente Carlos Sabino Hurtado, de 62 años, quien comparte con Avance su experiencia de liderar una familia numerosa.
¿Existe el padre perfecto?, le preguntamos y de inmediato responde: “Yo no diría perfecto, existe el maravilloso” y lo reafirma con la convicción de tener cinco retoños, cuatro hembras y un varón.
Con Mía Isabela en brazos una de sus nietas más pequeña, sentado en una poltrona blanca cuenta con detalles la historia de su grupo familiar.
Tuvo a su primera hija Karinés a los 21 años de edad y quedó asombrado cuando su pareja Inés Silva le dio la noticia.
“Mi esposa me dijo que estaba embarazada, en ese momento yo estaba presentado exámenes para ingresar a la Escuela de la Guardia Nacional y sin pensarlo yo dejé todo, mi prioridad ahora era la bebé y mi compañera”.
De igual forma señala: “Decidimos irnos de nuestro pueblo Boca de Uchire, estado Anzoátegui, a iniciar nuestra nueva familia. Comencé a trabajar de cajero en el Banco Unión apenas había salido de bachiller”.
Le dieron la oportunidad de entrenarlo como cajero principal, no podía perder esa oportunidad, naturalmente para su familia conseguir más ingreso era importante.
“Intenté en un nuevo departamento en la agencia principal de Caracas del Banco Unión en operaciones bancarias, gracias a este trabajo pude alquilar una casa en la comunidad de Lídice, Catia, no teníamos nada”.
Pero el destino, les traería una nueva noticia, su señora estaba nuevamente embarazada cuando Karinés solo tenía 10 meses y Carlos decidió que Inés se quedara en casa protegiendo su embarazo.
“Con algo de dinero ahorrado nos cambiamos a una casa más grande. Después llegó el tercero Carlos Alberto mi primer varón, fue una felicidad inmensa”.
De Caracas a Los Teques
Su cuarta hija Karina los puso a correr. “Fue un embarazo de alto riesgo, yo pensé que mi compañera se iba de este mundo, estaba muy preocupado. Inés llegó a pesar 32 kilos, decidí un día llevarla a la Maternidad Concepción Palacios, era el único hombre de 50 mujeres, me desperté en la madrugada, las enfermeras me ayudaron y a los pocos días nació mi niña”.
Pasó el tiempo y compraron un apartamento en residencias El Encanto, con un crédito habitacional a través del Banco Mercantil, el cual agradece mucho.
Todo esto pasó porque Sabino fue atracado con sus niñas una mañana de un lunes camino al colegio. Ante ese suceso su esposa le dijo: “Nos vamos de Caracas”.
“Para poder pagar este crédito tuve que buscar más oportunidades de trabajo, porque sacando cuentas no me daba, no sabía cómo hacer, ya tenía cuatro muchachos y solo dos trabajos, conseguí un empleo en el Hipódromo de Caracas no ganaba mucho, pero se logró el objetivo, una casa propia para mi familia”.
Ya establecidos aquí en la capital mirandina Inés sale embarazada de nuevo de otra niña. Pero esta vez tomaron previsiones, “aseguré a mi esposa y programé una cesárea, que resultó exitosa, entonces nació Karen Diana”.
Tuvo que desempeñarse en varios departamentos del Mercantil y hacer trabajos extras para garantizar el sostenimiento de su amplia familia.
“Cuando conseguí trabajar en el Banco Mercantil, tuve un respiro financiero, aprendí mucho, hasta los fines de semana laboraba, de cajero principal, realizaba suplencias, llegaba al banco a las 7 de la mañana y siempre me iba a las 10 de la noche cumpliendo horas extras, fui mensajero, estuve en el departamento de valores, préstamos y cuando había tiempo de hacer algo extra siempre me llenaban. Con once años de servicio logré sacar a mi familia adelante y no me arrepiento”.
“Ser abuelo es muy diferente a ser padre”
La llegada de los nietos constituye uno de los hitos más importantes y una gran ilusión.
“Mi primera nieta fue Angeline Victoria, comenzó un nuevo rol en mi vida, una emoción inexplicable, llegó en una etapa donde ya tenía más tiempo libre para dedicarle, y sigue siendo la consentida”.
Actualmente tiene ocho nietos y dice que le tienen la vida patas arriba “me empujaron a actualizarme y utilizar nuevas plataformas digitales. Los llamo en la noche cuando todos están en casa, y converso con ellos”
Tres de sus hijos están fuera del país, y tiene un nieto, que se llama Samuel, que aún no conoce.
Con lágrimas en los ojos describe que los valores que le enseñó junto a su mujer son fundamentales. “Yo sé que mis hijos con la educación que les di están dando todo fuera de nuestras fronteras.”
El regalo ideal para Carlos es que sus hijos y nietos estén sanos y felices. “Yo estoy aquí con mi esposa Inés tranquilo esperándolos cuando sea el momento estaremos todos juntos nuevamente”./rp
Foto:
Carlos Sabino se convirtió en papá a los 21 años