“La percusión es parte de mi ser por completo, casi como mi oxigeno”. Así se expresó Miguel Antonio Hurtado, un tequeño considerado un verdadero prodigio musical que desde los cinco años de edad toca la tambora de una forma inigualable, cosa que lo ha llevado a cosechar una exitosa carrera dentro del mundo de la gaita; no conforme con ello es también un destacado compositor y arreglista de diferentes géneros musicales ligados al estilo afrovenezolano.
“Provengo de una familia completamente gaitera, y aunque no somos zulianos llevamos muy arraigado el amor por esa música. Definitivamente esto viene por genética, mi mamá cantaba en latín en coros de la iglesia y era arpista clásica, tenía un oído musical muy desarrollado; mi padre era autodidacta en ese aspecto, mientras que mis tres hermanos mayores Maigualida, Felicia y Miguel heredaron toda esa vena que yo también adquirí”.
Tony, como cariñosa y artísticamente se le conoce, recordó que la tambora comenzó tocándola en edad preescolar a dos manos y que su hermano Miguel Humberto, quien sí la tocaba a todo dar, le sirvió de referencia para que él decidiera hacerlo como se debía.
“Yo lo observaba mucho y é al ver mi interés se dedicó a enseñarme lo básico, un día me recomendó que practicara los toques frente a un espejo, fue entonces cuando comencé a utilizar las baquetas; recuerdo que me llamaban Tamborito porque yo vivía toqueteando todo al son del tiqui titaqui, ya casi cumplo 50 años interpretándola”.
Colmado de mucha gracia y simpatía narró una de las anécdotas mas significativas de su vida. “La percusión es tan parte de mí que la considero uno de mis órganos vitales, cuando yo estudiaba para los exámenes lo hacía la ritmo de la tambora y la respuesta a cada pregunta me venía a la mente de acuerdo al toque que en ese momento en el que repasé la información yo le daba al instrumento”.
Nació una leyenda
Transcurrido algún tiempo los hermanos Hurtado decidieron conformar una agrupación gaitera a la que llamaron Los Juveniles del Éxito, pero Tony no se incorporó al inicio sino hasta que el tamborero se retiró y se le brindó la oportunidad al pequeño, que no lo pensó dos veces para hacer gala de sus dones presentándose por primera vez en el liceo San José tocando El Pájaro Guarandol; fue tanto su éxito que duró 15 años consecutivos con el grupo recorriendo toda Miranda.
“Era algo que disfrutaba mucho, porque hasta los grupos a los que no pertenecía me invitaban a participar con ellos; entre una cosa y otra conocí a los hermanos Domingo y Orlando Madriz, de quienes aprendí muchísimo. Asesoraba a varias agrupaciones de gaita y salsa, hasta que me invadió el gusanito de la independencia y decidí fundar junto a Frank García y Douglas Alvarado La Nueva Grey en 1985”.
Al consultarle el motivo del nombre que adoptó para su grupo explicó “Grey significa comunidad, así que vinimos a ser la nueva comunidad gaitera de Los Teques, que ha sido el arraigo de muchos zulianos y que siente a la gaita de una manera muy especial. Recuerdo que cuando tenía doce años al escuchar una madrugada sonando en la radio el tema La Grey Zuliana, yo me dije que cuando tuviera una agrupación le pondría este nombre que hoy con orgullo nos identifica”.
Fue un 4 de octubre cuando sale al ruedo por vez primera la nueva agrupación, conformada por 12 integrantes, tuvieron un año de preparación y tras hacer formal su presentación en los escenarios fue considerado un boom. “El ajuste de nuestra percusión causó sensación porque empezamos a hacer híbridos en los que fusionábamos la gaita con golpes de salsa y parranda”. Tony aseguró que actualmente incluyen ritmos cubanos que han calado impresionantemente en el gusto de la gente.
Entre alegrías y nostalgia
Muchas han sido las satisfacciones que Tony asegura haber recibido de su trayectoria en el medio, pero destacó entre ellas la gran cantidad de premios y reconocimientos que ha obtenido, tales como la Orden Buen Ciudadano de la Alcaldía de Guaicaipuro, Botón de Oro en su única clase de la policía del estado, premio Espiga de Oro, tres furros consecutivos de Platino y tres de Oro, entre muchos otros.
Pero también hizo referencia a que su único hijo Luis Ángel, desde los tres años de edad por decisión propia y oído natural incursionó también en la música, hoy día con trece añitos es percusionista de la Sinfónica Juvenil del estado Miranda.“No obstante, nuestro mayor orgullo como agrupación es que seamos aclamados y aplaudidos por un nutrido y consecuente público; hoy somos 19 en el grupo que ya está orquestado pero que no ha perdido la esencia de los instrumentos tradicionales de la gaita, tenemos tres producciones discográficas en nuestro haber y estamos trabajando en lo que será la cuarta”.
Sin dejar de lado su faceta como músico, Tony se desempeña como empresario independiente y con ello ha brindado empleo a los integrantes de su agrupación gaitera porque se dedica al ramo de las promociones de grado, a la producción de eventos y hasta un discplay tienen para animar rumbas. “Me casé a los 42 años con una mujer maravillosa que lleva por nombre Judith Mercado, con quien llevo una vida feliz y que me hizo padre de mi primogénito”.
Colmado de nostalgia rememoró aquellos tiempos en los que la gaita era la reina de la ciudad del clima ideal. “Nosotros nos montábamos en los autobuses que llamaban circunvalación y en los asientos finales nos poníamos a tocar gaita de a pie, la gente gozaba un puyero y a los transportistas les convenía porque recorríamos todo Los Teques con ese sabroso parrandón. Me siento muy orgulloso del talento gaitero que de esta tierra bendita se ha catapultado hacia el éxito”.
MARIBEL SÁNCHEZ / (Gabriel Ordóñez)