Atrás quedaron los tiempos en los que un teléfono público era de los servicios más codiciados en el casco central o en las comunidades de cualquier ciudad.

Hoy, solo son catalogados como un adorno de mal gusto por algunos, entre tanto que otros los rememoran como una reliquia de la que pueden “echarle” cuentos a los chamos de la nueva generación.

Sin embargo, algunos tequeños coinciden en que absolutamente son innecesarios tenerlos a la vista sin ninguna utilidad; dado que la mayoría de ellos lucen oxidados, casi caídos o en su defecto destartalados.

Mariana Toro, vecina de la calle Páez, dijo que a diario ve con mucho gusto como hay cuadrillas limpiando a toda hora el centro de Los Teques para que luzca bonito; pero que considera muy feo los viejos teléfonos que deberían existir solo en un museo.

“Yo no sé a quien le compete removerlos. Lo cierto es que en la avenida Bolívar, El Cabotaje, La Hoyada y en varios barrios están convirtiéndose en simples chatarras que afean el entorno. Para muchos, no importan, pero lo que no sirve se bota”, puntualizó Anthony Díaz, vecino de Los Lagos.